La inmigración, tabú electoral
España asiste a un hecho inédito en su historia contemporánea: cientos de miles de extranjeros eligen, año tras año, este país para vivir. En 1985 el número de residentes extranjeros era inferior a 250.000. Hoy son más de un millón. Es decir, empieza a existir una diversidad cultural, social, idiomática y racial en algunas ciudades españolas que, probablemente, tendrá su reflejo en las elecciones del 25 de mayo.
Sin embargo, la política española respecto a la inmigración es tan parca que está contribuyendo a convertir este tema en tabú. Cuando los principales partidos se acercan a él en época electoral lo hacen con crecientes prejuicios.
Estancia ilegal
'Porque tenemos que responder con puestos de trabajo a la demanda que estas personas nos hacen emigrantes españoles, la inmigración clandestina y la permanencia ilegal de estas personas entre nosotros no puede ser permitida', dice el Plan Greco del Gobierno, que pretende regular la inmigración entre 2000 y 2004.
'La política de migración necesita ser lo bastante flexible como para permitir que los inmigrantes ilegales, cuya presencia se acepta de hecho, puedan obtener permisos de trabajo'. Esta afirmación no parte de una ONG. Es una de las conclusiones del último examen económico sobre España realizado por la OCDE.
Ni el PP ni el PSOE tienen una opinión sobre la recomendación del organismo internacional. La patronal CEOE prefiere mantenerse al margen y no ofrece una postura oficial. Contribuyen así a convertir la inmigración ilegal en un tema tabú. A lo que se suma el desconocimiento del número de inmigrantes ilegales en España, que fuentes no oficiales cifran en torno al millón de personas. Según un informe de SOS Racismo serían 600.000 los extranjeros que residen ilegalmente.
Además, en ocasiones parecen querer dar una idea negativa de este colectivo: en el primer documento de política migratoria que aprobó el Congreso de los Diputados, en 1991, una proposición no de ley del Gobierno socialista, se decía que 'entre los ilegales, el grupo más numeroso estaría compuesto por hombres jóvenes, activos, con limitados recursos económicos y bajos niveles educativos'. En una primera redacción de los objetivos del Plan Greco del Gobierno del PP se decía: 'Los inmigrantes son personas en su inmensa mayoría jóvenes, emprendedores, capaces de asumir retos importantes, por regla general con altos índices de analfabetismo y escasa cualificación profesional'. Estas últimas afirmaciones han desaparecido del actual texto del programa Greco, según ha constatado el catedrático de Sociología de la Universidad de A Coruña Antonio Izquierdo.
Esa concepción de la inmigración ilegal no se sustenta con datos estadísticos.
Encuestas realizadas en oficinas de regularización muestran que nueve de cada diez inmigrantes no son analfabetos. Aun más, el 47% de los que solicitaron regularizar su situación en España en 2000 ha realizado estudios de bachillerato superior o de formación profesional, y casi un tercio ha llegado a la enseñanza superior, incluyendo estudios de diplomaturas.
Ha sido el Ministerio del Interior quien más ha contribuido a ligar inmigración ilegal con delincuencia. æpermil;sta es la causante del aumento de delitos cometidos en España, según sus tesis. De nuevo es preciso acercarse a este tema sin prejuicios. ¿Está relacionado el aumento de los delitos cometidos con la inmigración? Sí. Según datos de Interior de 2001, ese año se realizaron en España 218.438 detenciones. De ellas 116.139 fueron de extranjeros; ahora bien, 44.139 de estas detenciones obedecieron únicamente a estancia ilegal. Esta última cifra dobla casi la suma del número de detenciones de extranjeros que cometieron en 2001 homicidios (401), lesiones (2.078), robos con violencia o intimidación (5.283), robos con fuerza en las cosas (9.966) y hurtos (5.929).
Ocupación laboral
La proporción de inmigrantes sobre el total de la población activa en España ha pasado de representar el 1,9% en 1992 al 4,7% en 2002, según un estudio de la Universidad de Barcelona y Manpower.
En este periodo se han creado cerca de tres millones de nuevos puestos de trabajo, de los que la inmigración ha aportado un 15%. Dos terceras partes del total de nacidos fuera de España están trabajando. Pero los inmigrantes muestran una tasa de paro superior en 2,5 puntos porcentuales a la de la población nacida en España.
La regulación gubernamental de la entrada de inmigrantes en el mercado laboral ha resultado un fracaso. De los 10.884 puestos estables que el Gobierno fijó en 2002 para ser ocupados por trabajadores extranjeros, sólo se cubrieron 400. Fomento del Trabajo comunicó que la experiencia del contingente fijado por el Gobierno es un procedimiento 'demasiado lento y complejo'. La patronal catalana solicitó 12.000 entradas de extranjeros para cubrir tantos puestos de trabajo. El Gobierno sólo aprobó 3.000. 'Nos planteamos si merece la pena realizar estas solicitudes', dicen en Fomento del Trabajo Nacional.
Este año entrará en vigencia una directiva europea adoptada ya por todos los países miembros de la UE menos España, sobre igualdad racial y religiosa en el empleo. El Gobierno no ha informado a las organizaciones sociales sobre el proceso de transposición. Preguntado el Ministerio de Trabajo sobre este tema dicen que es Interior quien debe responder. Pero Interior vuelve a remitir a Trabajo. Lo que sustenta las tesis de Carlos Ferreira, secretario general de la Coalición Española contra el Racismo: la política española de inmigración es 'de asimilación'. Que cada uno se las arregle como pueda.
Según la patronal del sector de seguridad privada, Aproser, son necesarios 'como mínimo' 10.000 vigilantes jurados más. Pero no hay españoles dispuestos. La Ley de Seguridad Privada de 1992 prohíbe la contratación de inmigrantes para estas labores. Aproser ha solicitado, sin éxito, que se modifique dicha ley ahora que el Ejército español ha entreabierto sus puertas a los extranjeros.
Los principales partidos tienen claro que hay que decidir si España quiere aprovechar la oportunidad histórica que brinda la entrada de inmigrantes o si, simplemente, lo que quiere es aprovecharse de ellos.