Costa condiciona los contratos en Irak a la voluntad del Gobierno de Bagdad
El Gobierno español insiste en pedir el compromiso de las empresas españolas para participar en la reconstrucción de Irak, pero mantiene la indefinición respecto a la cuantía y las condiciones de esa participación que, cada vez, parece más alejada en el tiempo y menos relacionada con la colaboración prestada al Gobierno norteamericano.
En línea con la posición oficial del Gobierno de mantener una actitud distante respecto a cualquier beneficio empresarial derivado del conflicto bélico en Irak, el secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, reiteraba ayer a los miembros del Consejo de Promoción Exterior de la CEOE que 'la prioridad del Gobierno es recuperar el trabajo conjunto para identificar las necesidades del pueblo iraquí y conseguir el máximo de apoyos técnicos y económicos'.
Desde esta posición y condicionando siempre cualquier proyecto de reconstrucción a la identificación previa de esas necesidades, Juan Costa sí precisó que, en cualquier caso, 'la participación de las empresas españolas dependerá de los compromisos que estén dispuestas a asumir y de las decisiones que tome el nuevo Gobierno de Irak'. Un proceso que tanto el secretario de Estado de Comercio como el presidente del Consejo de Promoción Exterior de la patronal, Joan Canals, estimaron que tendrá una duración 'no inferior a dos meses'.
Al encuentro, en el que el secretario de Estado informó por primera vez, de forma directa, a los empresarios de las negociaciones internacionales para la reconstrucción de Irak, asistieron entre otros representantes de las constructoras Dragados y Ferrovial-Agromán, de los bancos BBVA y SCH, de la ferroviaria CAF, de Campofrío, Alcatel, Elecnor, Iberdrola, El Corte Inglés o patronales sectoriales como Aniel (electrónica e informática) y FIAB (alimentación y bebidas).
Ayuda humanitaria
Empresas y sectores que coinciden mayoritariamente con primeras necesidades detectadas en Irak y que el secretario de Estado de Comercio atribuyó 'no sólo a la guerra, sino a décadas de profundo deterioro económico'.
A este respecto, Juan Costa detalló que Irak precisa con urgencia 2.500 camas hospitalarias, un millón de viviendas y grandes inversiones en servicios como agua, y energía eléctrica, aunque insistió en que el proceso político de la reconstrucción debe estar liderado por la ONU, mientras la coordinación de los esfuerzos económicos corresponderá a los organismos multilaterales y en concreto al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial.
æpermil;stos son, en palabras de Juan Costa, 'los compromisos asumidos por el Ministerio de Economía' y, en consecuencia, informó a los empresarios que todos los proyectos relacionados con la reconstrucción se harán a través de estos organismos multilaterales, descartando cualquier negociación bilateral.
Costa subrayó que, en este momento, los trabajos del Gobierno español en Irak se concentran, a corto plazo, en la ayuda humanitaria, en colaboración con Jordania. En este punto recordó que el Consejo de Ministros ha concedido ya 20 millones de dólares en créditos con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) a Ammán.
Estos fondos para atender necesidades en Irak se destinarán de forma prioritaria al suministro de equipos quirúrgicos, material sanitario, generadores eléctricos, plantas potabilizadoras y vehículos asistenciales.
Respecto a la participación de funcionarios españoles en la Administración provisional de Irak, matizó que el Ministerios de Economía ha puesto a disposición de los iraquíes 'toda su capacidad y conocimiento', pero todavía no ha sido designada ninguna persona para colaborar en cuestiones de política económica.
Al término de la reunión, el secretario de Estado destacó también que entre los países industrializados 'existe ya un convencimiento general de la necesidad de aliviar la deuda de Irak', estimada en 383.000 millones de euros, incluyendo las compensaciones derivadas de la guerra y los contratos incumplidos. España está teniendo un papel principal en las negociaciones para proceder a la condonación de la mayor parte de esta deuda, que en las condiciones actuales es irrecuperable.