Multa de 18 millones a dos analistas estrella de Wall Street
No faltaron ayer especialistas que a la vista del acuerdo presentado consideraron que Henry Blodget, la estrella del firmamento del análisis de Merrill Lynch, y Jack Grubman, de Salomon Smith Barney, han sido víctimas del sistema.
Lo sean o no, Blodget, quien diera alas a los valores de Internet y se convirtiera con ello en uno de los nombres propios de la burbuja bursátil de los noventa, estará obligado a pagar cuatro millones de dólares en multas que le evitarán ir a juicio por la Nasd, la asociación de corredores de Bolsa de EE UU. Esta asociación ha estudiado durante meses las recomendaciones de compra de Blodget, quien en privado había expresado dudas sobre sus propias valoraciones y que sin embargo permitían a su firma ganar contratos con las empresas favorecidas por su juicio. La Nasd ha prohibido a Blodget, quien no ha admitido su culpa, ejercer de por vida la profesión de analista, actividad que dejó a finales de 2001 cuando abandonó Merrill Lynch.
Algo más va a tener que pagar el que fuera muy respetado analista de telecomunicaciones de Salomon Smith Barney, Jack Grubman, que debe abonar 15 millones por diversos conflictos de intereses. El acuerdo con Grubman, quien tampoco ha admitido haber cometido ningún delito, incluye la prohibición de ejercer la profesión de por vida. Grubman, que ganó una negativa relevancia con la caída de Worldcom, salió de Salomon Smith Barney en agosto del año pasado con una indemnización de 29 millones de euros. El acuerdo con Grubman, que ganaba unos 18 millones al año, se cerró hace unos días y fue ayer cuando fue formalmente anunciado.
La definitiva caída de estas dos estrellas se enmarca en el anuncio del cuidadoso y muy negociado acuerdo alcanzado por la SEC, el regulador de los mercados, la Bolsa de Nueva York, la Nasd y el fiscal Spitzer. Ayer, y tras un discurso introductorio en rueda de prensa por parte del presidente de la SEC, William Donaldson, quien se mostró 'profundamente triste y enfadado por las conductas que hemos visto', se explicaban los términos de un acuerdo cuyo objetivo final es restaurar la confianza en los mercados y las instituciones. Una confianza que se perdió con la explosión de la burbuja de los noventa, el caso Enron (el primero de una larga lista que aún se escribe) y el descubrimiento del sesgo aplicado a los análisis.
Donaldson explicaba ayer que lo de menos 'son las multas, lo más importante es la reforma' que va a obligar a los bancos de inversión a separar los departamentos de análisis y de inversión y cambiar la forma de pagar y compensan a analistas, algo que algunas entidades han empezado ya a aplicar. En el caso de Citigroup, uno de los bancos que más ha de pagar (360 millones por su filial Salomon), su presidente, Sandy Weill, no podrá hablar con un analista sin que la conversación la supervise un abogado. Con este acuerdo las entidades se aseguran que no va a haber más sanciones regulatorias, aunque puede haberlas individuales.
Además de los dos analistas multados, Spitzer siguió señalando a miembros de este sector citando el caso de Mary Meeker, ex estrella de Internet en Morgan Stanley, y Frank Governali, de Goldman.
Pruebas para las demandas de los inversores
La publicación de correos electrónicos y memorandos internos, los elementos de cargo que han manejado las autoridades de la SEC y la fiscalía de Nueva York para llegar a este acuerdo, constituye la más fidedigna y detallada prueba necesitada por los inversores individuales que han querido demandar a los analistas de Wall Street. æpermil;ste es para estos inversores el mayor beneficio del acuerdo ayer cerrado oficialmente, ya que hasta ahora había sido difícil obtener estas pruebas que no se han podido negar al fiscal Eliot Spitzer o las autoridades reguladoras de la Bolsa. En parte así lo quiso dejar claro Spitzer ayer cuando dijo que el proceso de responsabilidad en Wall Street 'acaba de empezar'. Ahora se espera que se produzca una explosión de demandas o arbitrajes para ganar compensaciones por las pérdidas inducidas por estas recomendaciones tendenciosas.En los últimos meses se ha experimentado un aumento de estos arbitrajes que eluden los altos costes de los juicios y que aseguran una rápida compensación por las pérdidas.