Las cajas toman el relevo de los bancos en el capital de las grandes empresas
Las cajas de ahorros siguen tomando posiciones en las principales empresas del país. Ya no se trata, como era tradicional, de invertir en sociedades implicadas en los tejidos productivos de sus regiones de origen. Las cajas han decidido ir mucho más allá y no sólo están ganando peso en las empresas en las que ya tienen una presencia histórica. También están tomando el relevo a los bancos en muchas de las mayores compañías cotizadas.
Aunque la toma de participaciones por parte de estas entidades no es un proceso nuevo, la estela de las opv; los bajos precios de la Bolsa tras tres años de caídas; las desinversiones decididas por el BBVA y el SCH; y los movimientos entre las constructoras, autopistas o energéticas lo han acelerado.
Las cajas justifican estas inversiones como producto de la necesidad de buscar rentabilidad en un entorno de tipos bajos y márgenes estrechos en el que el negocio tradicional ya no da más de sí.
Curiosamente, su incursión en empresas que hasta hace poco les eran ajenas contrasta con la decisión de los bancos de disminuir su perfil de riesgo y poner en revisión su cartera de participadas. Como consecuencia de estas dos decisiones contrapuestas, la estructura del balance de bancos y cajas ha sufrido significativas transformaciones.
En 1990, la inversión en renta variable apenas representaba un 2% del activo de las cajas, un porcentaje que se elevaba al 4,6% al finalizar 2002, porcentaje que está por encima del peso de estas inversiones en la banca. Y eso a pesar de que el Banco de España ha transmitido en distintas ocasiones sus recelos por la acumulación de riesgos 'ajenos a la naturaleza y objetivos de las cajas'.
El sector financiero vive así una nueva etapa en la que las tradicionales relaciones entre banca e industria han dado paso a unos lazos mucho más estrechos de las empresas con las cajas, presentes en prácticamente la totalidad de las empresas líderes de los sectores estratégicos: energía, transporte, telecomunicaciones, alimentación, construcción, etc. Así, las mayores empresas del país cuentan con alguna caja como accionista de referencia.
La Caixa comparte protagonismo con BBVA en Telefónica, donde posee un 3,6% frente al 5,515% del grupo presidido por Francisco González. La caja tiene también el 31,1% de Gas Natural, el 12,5% de Repsol YPF o el 23,1% de Aguas de Barcelona. Con Caja Madrid suma una participación de más del 10% en Endesa, con un 5% cada una, por encima del 3% que tiene la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Hace cinco años el Central Hispano, con un 3%, y Argentaria, con un 2,74%, eran los principales accionistas.
Caja Madrid, por su parte, es el primer socio individual en empresas como Iberia o Indra, con el 10%. En Iberia también están presentes otras, como Caixa Galicia, Caja España o Unicaja.
En Unión Fenosa, Caixa Galicia, con un 7%,k y Caixa Nova, con un 3%, son accionistas principales, junto al Santander (23,4%) y el Banco Pastor (4%).
Las cajas vascas son también socios de referencia de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), después de varios años de compras en Bolsa para reforzar su participación.
La lista es mucho más larga y no incluye sólo grandes cajas. También otras de tamaño mediano y pequeño han apostado hace poco por una estrategia de toma de participaciones. Un caso llamativo es el de Cajastur, con la reciente adquisición en Bolsa del 5% de Aldeasa, del 0,82% de Red Eléctrica y de casi el 4% de Enagás.
'Telecos' y cable
El sector de autopistas es uno de los ejemplos más evidentes de cómo las cajas se están incorporando a industrias que abandonan los bancos. En octubre del año pasado cuatro cajas catalanas (Caixa Catalunya, Caixa Girona, Caixa Tarragona y Caixa Laietana) adquirieron el 2,5% del capital de Acesa vendido por BBVA. Con esta adquisición trataban de reforzar su posición en la concesionaria antes de su fusión con Aurea, donde las cajas valencianas hacían lo propio.
El resultado es que la empresa resultante de la fusión, Abertis, líder del sector de autopistas en España y el segundo grupo europeo, tiene casi un 40% del capital repartido entre nueve cajas, entre las catalanas y valencianas, además de Unicaja y Caja Murcia.
También se han hecho un hueco importantísimo en la mayoría de las empresas de telecomunicaciones y cable, como Auna u Ono. Los cinco socios de AOC, que agrupa a los operadores de cable, tienen todos a cajas como accionistas significativos.
Rápido desembarco en las constructoras
El interés de las cajas por estar en el capital de empresas clave ha adquirido una relevancia especial en las constructoras, un sector en el que se han producido sonadas desinversiones del SCH y BBVA, y muy recientes tomas de participación por parte de las cajas.El banco presidido por Emilio Botín sorprendió al mercado en mayo con la venta del 24,5% de Vallehermoso a Sacyr por 568 millones de euros. Al poco tiempo dio una sorpresa aún mayor con la venta a ACS del 23,5% de Dragados, por 200 millones, una participación de la que hasta entonces se vanagloriaba. Con estas desinversiones trataba de hacer caja para recomponer sus recursos y afrontar posibles compras en el sector bancario europeo. Su competidor, BBVA, vendió también el 23,9% de Metrovacesa a Bami. Las desinversiones en las constructoras dejó claro que los dos grupos apostaban por una nueva política para centrarse en el negocio bancario básico y olvidar algunas participaciones industriales. En todo caso, se trataba de primar la rentabilidad y el retorno al accionista sobre la vocación de control e influencia en empresas estratégicas.Entre tanto, las cajas continúan su desembarco en las constructoras. El ansia de control del sector llevó a La Caixa a proponer incluso una fusión de Metrovacesa y Colonial, de la que es primer accionista, para desbancar a Vallehermoso y crear la primera inmobiliaria española, con tamaño suficiente para codearse con otras empresas en Europa.Así, cuatro entidades (Unicaja, Caixa Nova y las cajas de Murcia y Ávila) compraron en 2002 el 8,5% de Sacyr. El Monte anunció en marzo la compra de un 3% de Metrovacesa, con el objetivo de crear una cartera de inversión en el sector inmobiliario. Caixa Catalunya adquirió por 93 millones en abril el 20% de Riofisa, donde tiene dos consejeros. Caja España se incorporó hace dos años al capital de Fadesa.