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Guerra en Irak

EE UU amenaza con aplicar sanciones económicas y políticas contra Siria

El secretario de Estado Colin Powell anunció ayer que Washington estudia sanciones económicas, diplomáticas o 'de cualquier naturaleza' contra Siria por disponer de armas de destrucción masiva, dar refugio a los iraquíes huidos y apoyar el terrorismo, acusaciones que el país árabe ha rechazado. El presidente español, José María Aznar, trasladará a Damasco las advertencias de Washington, a petición del presidente George Bush. En la UE, los ministros de Exteriores pidieron ayer calma, mientras el primer ministro británico, Tony Blair, descartó otra invasión. En Irak, la toma de Tikrit marca el inicio del fin de la guerra y EE UU espera que en las próximas semanas se reanude la extracción de crudo.

El responsable de la política exterior de EE UU subió ayer un grado más la tensión con Siria al afirmar que Washington puede preparar represalias contra el país árabe. 'Con respecto a Siria, por supuesto que estudiaremos posibles medidas diplomáticas, económicas o de otra naturaleza', anunció Powell. Siria 'debe revisar sus acciones y su comportamiento, no sólo con respecto a aquellos a quienes da asilo y a las armas de destrucción masiva, sino, sobre todo, el apoyo a la actividad terrorista', añadió.

El temor a que Siria sea el próximo objetivo de Washington hizo saltar las alarmas y desde Reino Unido, principal aliado de EE UU en la guerra contra Irak, se intentaron calmar los ánimos.

'No hay planes para invadir Siria', declaró Blair ante el Parlamento británico.

El máximo representante de la diplomacia europea, Javier Solana, admitió estar 'preocupado' por las acusaciones de EE UU. 'La región está atravesando un proceso muy difícil, sería mejor ofrecer declaraciones constructivas para ver si podemos calmar la situación', dijo Solana antes de iniciar el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, en el que se estudiaba el papel de los Quince en la reconstrucción de Irak.

También los representantes de Alemania y Francia abogaron por evitar nuevos enfrentamientos. 'En el contexto actual de la región, es necesario que todos los Estados opten por la retención, la moderación y un papel constructivo en apoyo de la búsqueda de soluciones', dijo Dominique De Villepin, ministro de Exteriores de Francia.

Su homólogo alemán, Joschka Fischer, dijo que es momento de 'concentrarnos en ganar la paz y no de entrar en un nuevo enfrentamiento'.

Las acusaciones contra Siria se han sucedido en los últimos días. El presidente de EE UU, George Bush, acusó el pasado domingo a Siria de poseer armas químicas de destrucción masiva, así como de ayudar a los iraquíes próximos a Sadam a salir de Irak. Damasco negó las acusaciones. 'Le decimos a Bush que no tenemos armas químicas y que las únicas armas químicas, biológicas y nucleares en la región están en manos de Israel', respondió la portavoz del Ministerio sirio de Exteriores, Buthaina Shaaban.

Blair, que en esta ofensiva se ha distanciado de Bush, afirmó que el pasado fin de semana habló con el presidente de Siria, Bachir el Asad, quien le prometió que las autoridades sirias abortarán cualquier 'intento de cruzar la frontera' por parte de colaboradores de Sadam que quieran escapar de Irak. No obstante, el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, afirmó ayer desde Kuwait que 'hay muchas evidencias de una considerable cooperación entre el Gobierno de Siria y el régimen de Sadam Husein en los últimos meses'. Pese a ello, Straw aclaró que Siria no correrá la suerte de Irak. 'En cuanto a si Siria es el siguiente en la lista, hemos dejado claro que no es así', dijo Straw.

Por su parte, el ministro de Defensa de Israel, Moshé Mofaz, apoyó a Wahington y pidió a Siria que expulse a las organizaciones palestinas.

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