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Exportaciones

El champán deja sitio al cava

El vino español se encuentra expectante ante las repercusiones económicas de la guerra de Irak. La animadversión que ya han empezado a sentir muchos estadounidenses por los productos franceses tras el rechazo del país galo al ataque, unido al firme apoyo del Gobierno de José María Aznar a George Bush, puede hacer subir las ventas del vino español en Estados Unidos.

Así lo creen, por ejemplo, los productores de brandy. 'Se está elaborando en Estados Unidos una lista para sancionar productos franceses. Esto da posibilidades al brandy frente al coñac', afirma el presidente del Consejo Regulador del Brandy de Jerez, Evaristo Babé, quien admite sin reservas que las exportaciones de esta bebida a Estados Unidos pueden incrementarse si los consumidores boicotean el coñac.

El brandy y, sobre todo, el cava, se presentan como los caldos con mayores perspectivas de crecimiento, ya que son los que cuentan con mayor implantación en el mercado estadounidense y suponen una clara alternativa de consumo al coñac y el champán francés.

Existe un precedente

El sector recuerda el precedente, aunque no fuera en Estados Unidos, de 1995, cuando las pruebas nucleares francesas en el atolón de Mururoa provocaron un fuerte incremento del vino tinto español, principalmente de rioja, en algunos países como Suecia, en detrimento de los caldos franceses. 'El vino español desbancó al francés como primer exportador en el mercado sueco', rememora un portavoz del Consejo Regulador del Rioja.

Por lo pronto, las ventas de la marca Freixenet en Estados Unidos durante el primer trimestre del año han aumentado un 80% respecto al mismo periodo de 2002, aunque la compañía catalana prefiere no relacionarlo aún con los efectos del conflicto, iniciado en la segunda mitad de marzo, informa Jordi Sacristán.

Lo cierto es que todavía es pronto para notar variaciones en las ventas, pero las compañías presentes en ese mercado reconocen su marcado patriotismo. 'Es cierto que los estadounidenses tienen una especial sensibilidad para rechazar productos de países que no les apoyan', dice Félix Solís Ramos, director de exportación de la bodega de Valdepeñas Félix Solís, que inició hace dos años la comercialización de sus vinos en Estados Unidos.

El presidente del consejo del brandy de Jerez se hace eco de un artículo publicado en el diario The Times en el que se recoge que las tiendas estadounidenses registran caídas en las ventas de queso, vinos y champán francés desde el inicio del conflicto. 'Se han visto imágenes en televisión de tenderos tirando vino francés, pero dudo que sea una tendencia del mercado, sino más bien un gesto para la galería', advierte, por su parte, Solís.

En cualquier caso, las repercusiones del rechazo estadounidense a los vinos franceses se han convertido en el comentario habitual del sector en los últimos días. Los operadores reconocen que han aumentado las expectativas del vino español en ese país, aunque estiman que sólo los productos y marcas con una buena implantación en Estados Unidos podrán notar aumentos significativos en sus ventas.

Y aunque el cava y el brandy compiten codo con codo con sus homólogos franceses en los estantes de las tiendas estadounidenses, no es el caso de los principales vinos españoles, los tintos, cuyo peso en ese mercado es aún muy escaso. No sólo frente a los franceses, sino respecto de los italianos, que controlan la mayor parte del mercado de importación, e incluso los chilenos y australianos o el propio vino local. El vino español, en todas sus variantes, apenas supone un 7% del vino de importación de Estados Unidos.

Aumentar la presencia

Aun así, la situación parece propicia para incrementar la presencia de los caldos nacionales en ese país, como pretende hacer Osborne con su marca de tinto Solaz, que está introduciéndola con fuerza en el mercado estadounidense, según un portavoz de la compañía, y del que tiene buenas perspectivas.

O el caso de Arco Bodegas Unidas, uno de los principales grupos españoles de vinos tranquilos (tintos, rosados y blancos), que obtiene un 5% de sus ventas exteriores en Estados Unidos, donde dispone de una oficina comercial en Nueva York. 'Hay que estar vivos', afirma Andrés Pérez de Herrasti, director de mercadotecnia de la compañía, que está intensificando su relación con algunos de los principales importadores estadounidenses.

Un mercado estratégico a medio y largo plazo

España exportó el año pasado 32,6 millones de litros de vino de cualquier tipo a Estados Unidos, por un valor de 140,6 millones de euros, según datos de la Federación Española del Vino. El país americano es el tercer mercado exterior en importancia para España, muy por detrás aun de Alemania y el Reino Unido, los principales destinos.'Pero es un mercado creciente y con muchas posibilidades', indica un portavoz de la Federación Española del Vino. De hecho, la exportación de caldos a ese país subió un 22% en volumen en 2002, mientras que el Reino Unido cayó un 7% y en Alemania, un 2%.De ahí que la patronal del sector apueste por intensificar la presencia allí de nuestras bodegas, más allá del efecto coyuntural que pueda provocar el boicot a los vinos franceses y, a pesar del escaso peso que aún tiene nuestro vino respecto al del país galo y, sobre todo, al de Italia, el mayor exportador a EE UU.Las bodegas con presencia allí lo consideran 'uno de los mercados más difíciles, entre otras cosas porque la regulación es distinta en cada Estado', afirma el director de exportación de Félix Solís. 'Puedes tardar un año en colocar la primera botella', asegura. 'Pero para nosotros es un mercado estratégico', dice, una opinión que comparten los responsables del grupo Arco, los bodegueros de, por ejemplo, la denominación Rueda, según su presidente, Ángel Vaquero y, en general, las zonas productoras con tradición exportadora, como Rioja.

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