La percepción negativa del conflicto empeora las previsiones de crecimiento
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han anunciado para la próxima semana una revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento para 2003. En la misma línea, muchos analistas privados, como Goldman Sachs, JP Morgan o Citigroup, han reducido sus expectativas de crecimiento para este ejercicio a la vista de la marcha de la campaña militar en Irak.
Antes de la guerra, los expertos habían barajado tres escenarios posibles: una guerra corta, que propiciaría una rebaja del precio del petróleo y una recuperación inmediata de las principales economías; una guerra de dos a tres meses, que retrasaría la recuperación y mantendría el precio del crudo por encima de los 30 dólares durante un periodo prolongado, y un tercer escenario, el más catastrofista, con una guerra de más de seis meses y una recesión a nivel mundial.
A la semana del inicio de los ataques sobre Bagdad, el director gerente del Fondo, Horst Köhler, advirtió del 'riesgo de una recesión mundial si la guerra se prolongaba' y que incluso 'un conflicto corto supone una barrera a la recuperación mundial'. El Fondo prevé reducir la previsión de crecimiento mundial del 3,7% a poco más del 3% para este año.
Riesgo de alza del crudo
Sólo el precio del petróleo ha tenido un comportamiento positivo para el crecimiento, pero Goldman Sachs sostiene que 'una prolongación del conflicto hará subir el precio del barril al entorno de los 30-32 dólares'. La OCDE tampoco 'descarta el riesgo de una subida del petróleo en las próximas semanas', según señaló su secretario general, Donald Johnston.
La mayoría de los analistas auguraba que el estallido de la guerra y una buena marcha de la campaña militar eliminarían la incertidumbre actual. Pero no ha sido así. Las declaraciones iniciales de la Administración estadounidense hacían prever una guerra perfectamente planificada y sin resistencia por la parte iraquí, que sin embargo ha derivado en lentos progresos de las tropas, problemas de suministro y estrategia y duros enfrentamientos con los soldados y la población de Irak.
Y también, en buena medida, porque la guerra acaparaba toda la atención de los inversores frente al deterioro de los desequilibrios estadounidenses, la debilidad del crecimiento y la crisis de confianza no resuelta desde el 11-S. 'Problemas que, con o sin guerra, pesan sobre la evolución de la economía', asegura el Citigroup.
El índice de actividad industrial en EE UU del Instituto para la Gestión de la Oferta (ISM, por sus siglas en inglés) cayó en marzo a 46,2, lo que supone una contracción del sector tras meses de crecimiento y el nivel más bajo de actividad desde noviembre de 2001.
En Japón las cosas no van mejor. La confianza de las principales empresas industriales cayó entre diciembre y marzo debido a los desplomes bursátiles y la guerra en Irak.
El informe Tankan, considerado como el mejor indicador del sentimiento inversor en Japón, retrocedió en marzo después de tres trimestre consecutivos de recuperación.
Peor escenario para la UE
La Unión Europea no se queda al margen de este deterioro de las expectativas. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, hará públicas las nuevas perspectivas de crecimiento la próxima semana. Previamente, el comisario Solbes comunicará a los ministros de Economía reunidos el viernes y el sábado en Atenas que los Quince apenas crecerán el 1% este año.
En la misma línea, el ministro francés de Economía, Francis Mer, anunciaba ayer que su economía sólo crecerá el 1% este año por la guerra, informa Reuters.
Como resume JP Morgan, 'la esperanza de una rápida recuperación se diluye al tiempo que las perspectivas de una guerra corta'.