'Hay que evitar la excesiva regulación del mercado de trabajo en Europa'
Nada que ver con la famosa flema británica. Malcolm Wicks, de 55 años, nacido en Hatfield (Reino Unido), es el número dos del Ministerio de Trabajo británico y demuestra un carácter extremadamente afable. Está orgulloso de las políticas de empleo que está llevando a cabo el Gobierno laborista de Toni Blair, que han hecho descender la tasa de paro británica al 5%. Pero no se conforma, y cree que siempre es bueno aprender de las experiencias de otros países. España y Reino Unido intercambia desde 1998 distintas iniciativas para crear empleo.
Pregunta. ¿Qué eficacia real tiene la colaboración entre Londres y Madrid en asuntos laborales?
Respuesta. Mucha. Las políticas nacionales de empleo no pueden ser las mismas en España y en Reino Unido, pero lo que sí deben hacer ambos países para dar prioridad a la creación de empleo es colaborar conjuntamente y no sólo entre sus máximos responsables, hay que promover intercambios de funcionarios entre nuestras respectivas oficinas de empleo. Uno de los defectos en este y otros asuntos europeos es que los dirigentes se pierden en muchas declaraciones de buenas intenciones y nada más,
P. Sin embargo, ambos países parten de realidades muy distintas.
R. Sí, pero el fin es el mismo, contribuir al objetivo fijado en la Cumbre de Lisboa de alcanzar una tasa media de actividad del 70% en la UE en 2010. En muchas partes de Europa, como es el caso de España, está muy por debajo de este porcentaje.
Para ello será imprescindible que los trabajadores europeos permanezcan en sus empleos más años de los que lo hacen ahora. Y existe un claro compromiso de José María Aznar y Toni Blair para conseguir este objetivo. Creemos que esto es lo que desean los ciudadanos en España y Reino Unido, conservar sus puestos de trabajo el mayor tiempo posible.
P. ¿Qué ocurrirá si no se consigue ese objetivo?
R. Se va a conseguir. Es que, además, en términos de crecimiento económico y de productividad es conveniente, porque con tasas de natalidad tan bajas como las existentes, las nuevas generaciones no van a ser suficientes para cubrir los puestos necesarios para mantener la actividad económica, se tendrán que cubrir necesariamente con gente que esté ya actualmente en edad de trabajar.
P. El mercado laboral español no está tan maduro cómo el británico, ¿cree que España está haciendo sus deberes para alargar efectivamente la edad de jubilación?
R. Estoy muy impresionado por lo que está consiguiendo el Gobierno español. Sus responsables están muy decididos a aumentar las tasa de actividad y la de ocupación.
P. ¿Cómo está luchando Reino Unido contra el problema de las prejubilaciones masivas?
R. Ese es un problema muy grande en toda Europa. De momento hay muchos programas de voluntariado para estos colectivos, pero tenemos previsto legislar para penalizar la discriminación por razones de edad, al igual que lo hicimos en contra de la discriminación sexual o de raza.
P. ¿Cuál cree que es el principal problema de los mercados laborales europeos?
R. Debemos evitar una regulación excesiva del mercado laboral en Europa. Es verdad que necesitamos regulación; legislamos, por ejemplo, el salario mínimo. Nosotros no estamos a favor de la total desregulación, pero tampoco regulamos en exceso.
P. ¿Cómo se consigue ese equilibrio?
R. Con empleo flexible. Hay mucha gente en Europa que a la hora de buscar trabajo piensa que debe encontrar un empleo a tiempo completo, con 35 horas a la semana, y creen que un empleo a tiempo parcial es de segunda clase. En Reino Unido decimos lo contrario, el trabajo a tiempo parcial puede ser un importante lubricante para la economía. Es especialmente adecuado para las madres trabajadoras.
P. En España no termina de calar la cultura del empleo a tiempo parcial...
R. Sí, es verdad que se debe dar un cambio cultural. Pero si se da, se pueden alcanzar tasas de empleo a tiempo parcial como la británica, que es del 25%. Un mercado laboral flexible es importante para la calidad de vida de los trabajadores porque deja tiempo para ocuparse de otros asuntos o para cuidar a sus familiares. Pero también a muchas empresas, por el tipo de negocio, les conviene tener trabajadores a tiempo parcial y trabajadores temporales, que es otra forma de flexibilizar el mercado laboral.
P. ¿Cuál es el debate del mercado laboral en Europa ahora mismo?
R. Los europeos piensan que el debate está entre el modelo liberal desregulado y el socialista, excesivamente reglamentado. Eso es un gran error, el Gobierno británico es socialdemócrata y lo que decimos, y esto lo comparte España, es que el debate consiste en encontrar el equilibrio entre la seguridad del trabajador, la regulación adecuada, salarios moderados, condiciones de trabajo saludables y flexibilidad.
En Reino Unido, con un mercado de trabajo flexible, tienen empleo tres cuartas partes de los activos, mientras que otros mercados mucho más regulados sólo emplean a la mitad de su población.
'No todo el mundo tiene que ir a la universidad'
Antes de ser el número dos del Ministerio de Trabajo, Malcom Wicks fue ministro de Educación y Formación Continua y se le nota. A la hora de contestar cuál es la principal reforma que necesita el mercado de trabajo español asegura que no quiere ser 'descortés'.Pero no por eso deja de responder. En su opinión, la principal reforma pendiente del mercado de trabajo no afecta sólo a España, sino a la mayoría de los países europeos. Se trata de la reforma de la educación.'Lo más necesario es adecuar la formación a las necesidades del mercado de trabajo, a los puestos que demandan los empresarios', asegura Wicks.Y añade que 'la clave del empleo es la formación continua a lo largo de toda la vida laboral'.Para ello, 'Europa debe empezar a contar con una economía mucho más cualificada. El problema no está en la parte académica de la educación, sino en la formación profesional. No todo el mundo tiene que ir a la universidad, también se necesita gente cualificada para el sector de la construcción, por ejemplo', sentencia el subsecretario de Estado británico.En este sentido, encuentra un buen ejemplo en los trabajadores de los países del Este candidatos a entrar en la Unión Europea, respecto a los que recomienda a España que 'no los vean como una amenaza, sino como grandes espacios para invertir'.