La patronal alemana pide aumentar la edad de jubilación de 65 a 67 años
Los recortes sociales en Alemania podrían no haber acabado. Ayer fue la patronal alemana (BDA) la que reclamó aumentar paulatinamente la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, entre otras medidas, para aliviar el presupuesto de los sistemas sociales e impulsar la economía alemana.
'La edad de jubilación legal debe aumentarse paulatinamente hasta llegar en 2010 a los 67 años', dijo el presidente de la BDA, Dieter Hundt.
La idea es que quienes se jubilen antes de esa edad tengan una reducción en sus ingresos.
Hundt dijo que una medida de esa naturaleza es necesaria para mantener el equilibrio entre los trabajadores -que financian con sus contribuciones los seguros de jubilación- y los jubilados en una sociedad que está envejeciendo.
El líder patronal reconoció que en el pasado también los empresarios habían cometido errores a ese respecto y que en la década de los noventa habían considerado una medida económicamente acertada facilitar las jubilaciones tempranas para abrirle posibilidades a gente joven.
Hundt hizo esta propuesta en el marco de un comentario general a las propuestas de reforma recientemente formuladas por el canciller, Gerhard Schröder, y por el ex candidato de la oposición a la cancillería y primer ministro bávaro, Edmund Stoiber.
Según Hundt, tanto las propuestas de Schröder como las de Stoiber van en la dirección correcta, pero son insuficientes para el saneamiento de los sistemas sociales.
El responsable de los empresarios propuso una serie de medidas concretas para aliviar el presupuesto de los seguros médicos, los seguros de pensiones y los seguros de desempleo, que permitirían reducir los costos de los mismos para empresarios y trabajadores, lo que repercutiría positivamente en la coyuntura económica.
No obstante, sin llegar a seguir los consejos de la patronal alemana que supondrían aún más recortes sociales que los ya anunciados, el Gobierno de la coalición rojiverde tiene un panorama difícil que afrontar, ya que además de desarrollar las reformas recientemente anunciadas por Schröder deberá desarrollar la criticada reforma laboral promovida por el ministro de Trabajo, Wolfgang Clement.
Pero no sólo las finanzas públicas alemanas pasan por dificultades; ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) mostró su preocupación por el grado de saneamiento de los bancos alemanes, al considerar que estas entidades protagonizaron un número mínimo de fusiones en los últimos años (a diferencia de lo ocurrido en el resto de Europa), tienen unos costes demasiado elevados y sufren un deterioro en la calidad de sus préstamos, según este organismo.
Los cuatro principales grupos bancarios alemanes han anunciado desde 2001 la supresión de más de 40.000 empleos.