Turquía sólo enviará tropas si se ve 'amenazada'
Las tropas de Turquía sólo entrarán en Irak si la seguridad nacional es amenazada y siempre en coordinación con EE UU, según anunció ayer el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Hizmi Ozkok. Entre las precisiones que hizo el militar, destaca que el Gobierno de Ankara considerará 'necesario' el despliegue en caso de un gran movimiento de refugiados, o si son atacadas las unidades militares que ya están dentro de Irak.
'Puesto que nuestro socio estratégico, EE UU, sigue combatiendo en la región, nuestra acción será coordinada por ellos, y adoptaremos además otras medidas con el fin de evitar nuevos malentendidos', apuntó Ozkok. El jefe del Estado Mayor también añadió que un estallido de la lucha armada entre las distintas fuerzas kurdo-iraquíes justificaría la decisión de intervenir inmediatamente en la región. El Pentágono ha insistido en que las tropas turcas no deben de entrar en Irak. Los planes de EE UU precisan de un frente tranquilo en el norte del país.
Los recelos son dobles en la región. Por un lado, los turcos temen que los kurdos iraquíes aprovechen la caída del régimen iraquí para levantarse en armas; unirse a los kurdos refugiados en Turquía, donde residen aproximadamente unos 12 millones de kurdos, y proclamar un gran Estado independiente. No obstante, Ozkok aseguró que esa eventualidad no preocupaba a las fuerzas turcas. Mientras, los kurdos temen que Ankara aproveche la confusa situación para invadir el norte iraquí e infligir un severo castigo a los kurdos, que se sirva de prevención ante aspiraciones nacionalistas.
Desde la primera Guerra del Golfo (1991), Turquía mantiene destacamentos permanentes en el kurdistán iraquí. Oficialmente, el objetivo de estas tropas es controlar a los militantes del grupo separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en sus siglas en inglés), acusados por Ankara de practicar el terrorismo.
El acatamiento del Ejército turco a las exigencias de Washington no es casual. El Gobierno estadounidense aprobó el martes un paquete de ayuda de 8.500 millones de dólares (7.970 millones de euros). Turquía perdió la oportunidad de recibir los créditos por valor de 30.000 millones de dólares (28.125 millones de euros) que EE UU le había prometido si autorizaba el despliegue de 62.000 soldados estadounidenses para abrir un frente contra Sadam Husein en el norte de Irak. Los esfuerzos de Ankara por convencer al Parlamento fueron inútiles y las tropas americanas establecidas durante semanas en el puerto de Iskenderun viajan en estos momentos hacia Kuwait. Tras este varapalo, las ayudas concedidas por la Casa Blanca han sorprendido a no pocos expertos.
Al igual que hizo con la Alianza del Norte en la guerra de Afganistán, la Administración Bush también trabaja con los rebeldes kurdos. 'Nuestros combatientes se hayan en estado de máxima alerta, preparados para actuar inmediatamente, aunque la decisión de emprender los ataques contra las líneas iraquíes depende de EE UU', declaró ayer el comandante Mustafá Amin, uno de los líderes guerrilleros kurdos. Estas fuerzas militares están integradas por cerca de 60.000 hombres que, aunque están bien adiestrados, no disponen de armamento moderno.