El Gobierno insiste en que España crecerá un 3% a pesar del conflicto
El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, intentó lanzar ayer un mensaje de optimismo sobre la evolución de la economía española ante el conflicto bélico con Irak.
De Guindos avisó que, ante la gran incertidumbre actual, resulta inútil hacer proyecciones macroeconómicas con fundamento más allá de lo ya estimado inicialmente para el conjunto del año.
'Mantenemos las previsiones oficiales, de un crecimiento del PIB del 3% como escenario más probable, y de un 2% en caso de menor demanda, algo menos probable, de acuerdo con los estipulado en los Presupuestos Generales del Estado para 2003', indicó ayer en un almuerzo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica.
De Guindos recalcó que la variable clave para los próximos meses será la evolución del precio del petróleo, materia prima fundamental para la marcha de las economías desarrolladas y, sobre todo, para España, muy dependiente de las importaciones de energía. El Gobierno confía en que el precio del barril de crudo tipo brent (de referencia en Europa) se mantenga 'de media' entre los 25 y los 30 dólares en los próximos meses. Es la proyección para una guerra de corta duración (varias semanas). Si se cumplen estas expectativas, 'la inflación podría incluso reducirse del 3,7% actual al entorno del 3% en abril o mayo', comenta.
Pero la incertidumbre es tal, que es muy difícil predecir la evolución del crudo en un mercado ya de por sí volátil. El petróleo se abarató hasta los 24 dólares la semana pasada, ante la perspectiva de un conflicto corto. Pero conforme surgen noticias de mayor resistencia iraquí, la cotización del crudo vuelve a repuntar. Ayer llegó a superar de nuevo los 26 dólares, con una subida de casi dos dólares en un sólo día.
Sin cambios radicales
Ante tal incertidumbre, De Guindos prefiere aferrarse a los datos reales, antes que cambiar las previsiones oficiales. El Ejecutivo no ha detectado, en su opinión, un cambio radical de las variables macroeconómicas. 'Creemos que la economía española se está comportando en el primer trimestre del año a un ritmo muy similar al de la última fase de 2002', dijo. En el cuarto trimestre del año, el PIB creció a un ritmo del 2,1% en tasa interanual.
Aun en el caso de que esta estimación se llegara confirmar, la economía española debería repuntar en los trimestres siguientes de una forma espectacular para que se alcance el crecimiento medio del 3% en todo el año, que es el dato que mantiene el Ejecutivo. De hecho, la mayor parte de los analistas prevén para España una tasa menor de crecimiento, cercana al 2%. El último servicio de estudios que ha hecho públicas sus previsiones es Ceprede (Universidad Autónoma de Madrid), que estima que el PIB español sólo crecerá un 2% este año. La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) y el BBVA creen que será del 2,5%. Analistas internacionales como Goldman Sachs y Morgan Stanley son menos optimistas, prevén un 2,1% para España.
Tipos, estables
Respecto a la evolución de los tipos de interés, De Guindos fue mucho más cauto. En primer lugar, no quiso presionar al Banco Central Europeo (BCE) en su toma de decisiones. En segundo lugar, reconoció que en un contexto de gran incertidumbre las decisiones que se adopten (una nueva reducción del precio del dinero, por debajo del 2,5%, para reactivar la economía, por ejemplo) tienden a difuminarse. 'El nivel de tipos de interés no es el principal problema ahora; además el BCE se ha comprometido a actuar en los mercados cuando sea preciso', comentó. De hecho, la autoridad monetaria con sede en Fráncfort se comprometió la semana pasada a inyectar liquidez en el sistema si ello fuera necesario para atemperar la situación. Así lo hizo en momentos difíciles para la economía mundial, como los días posteriores al 11-S, en acción conjunta con la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón.
Lo más importante para De Guindos es insuflar la confianza suficiente en los mercados como para hacer creer que la situación es superable en muy corto espacio de tiempo. En el caso de España, la economía juega con la baza de unas finanzas públicas en equilibrio (déficit de 0,07% del PIB en 2002) y un crecimiento que supera al de la media de la UE. Pero también tiene una de las inflaciones más altas.
Por otro lado, De Guindos cree necesario cerrar definitivamente el debate abierto hace unos meses sobre la flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
'El Consejo Europeo ya confirmó el jueves pasado su apuesta por la viabilidad de pacto, manteniendo las circunstancias excepcionales, como propuso el comisario de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes', dijo.
Algunos países como Alemania o Francia pidieron hace varios meses una interpretación más flexible del citado pacto para hacer frente a sus crecientes problemas presupuestarios.