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Divisas

Los bancos centrales inyectarán toda la liquidez que se necesite

El Banco de Japón (BOJ) fue el primero en reaccionar al ataque estadounidense contra Irak (por motivos horarios) y lo hizo inyectando un billón de yenes (8.000 millones de euros) al mercado. Momentos antes, en su primer día como presidente del BOJ, Yoshihiko Fukui había declarado que el banco actuaría cuando fuera necesario. 'El Banco de Japón está siguiendo el desarrollo económico y financiero y está preparado para hacer cualquier esfuerzo, incluyendo una provisión de liquidez, para mantener la estabilidad de los mercados', dijo Fukui.

La mayor incertidumbre la desató el temor a que la guerra sea más larga de lo anunciado en un primer momento, porque, según los analistas, un conflicto corto sería incluso beneficioso. 'Una guerra rápida sería muy positiva, pues aumentaría la confianza de los consumidores', afirma César Gil, analista de Daiwa Securities. Gil considera que Japón se beneficiaría, además, de un dólar más fuerte, porque impulsaría las exportaciones niponas.

Sin embargo, lo que ocurrió ayer fue precisamente lo contrario. El dólar se depreció frente a la divisa japonesa y se cambió a 120,11 yenes, 0,32 menos que el día anterior.

La advertencia de Bush de que la guerra será más larga que lo inicialmente previsto debilitó la moneda estadounidense, que también se depreció frente al euro. La divisa europea valía ayer 1,062 dólares, por encima de los 1,056 del jueves.

El Banco Central Europeo (BCE) lanzó a su vez un mensaje tranquilizador asegurando en un comunicado que 'los mercados financieros pueden confiar en la provisión de suficiente liquidez, incluso bajo excepcionales circunstancias'.

Los expertos creen que si la guerra se alarga, el BCE podría recortar de nuevo los tipos de interés, ahora en el 2,50%, para mejorar la confianza de los consumidores.

El dólar, víctima del déficit

Pero la guerra no es el único mal que afecta al dólar. 'La tendencia bajista de la divisa estadounidense no tiene que ver con la guerra sino con los déficit de EE UU, como el presupuestario, que está fuera de control', afirma Russell Jones, economista de Lehman Brothers. No obstante, reconoce que la moneda está afectada por la situación geopolítica. 'Si la guerra va mal, será mucho peor, aunque no estoy seguro de que una guerra corta beneficie al dólar', dice.

Que el conflicto bélico es sólo un motivo más de desequilibrio económico en EE UU fue esgrimido también desde la Reserva Federal de Nueva York. Su presidente, William McDonough, manifestó ayer que la falta de confianza de los inversores se debe, en gran parte, a los escándalos empresariales.

'Una preocupación que tengo es que la recuperación del sector empresarial siga restringida, no sólo por la incertidumbre geopolítica y la necesidad de una mayor reestructuración en algunos sectores clave, sino también por la cautela de parte de los inversionistas y los prestamistas', dijo McDonough.

Sus declaraciones contrastan con el comunicado que la Reserva Federal hizo el martes pasado, en el que señalaba la incertidumbre geopolítica como el principal lastre de la economía.

Asia se protege

En Asia, las autoridades de varios países se esforzaron en disipar las dudas. 'Buscaremos la estabilidad de los mercados financieros inyectando más liquidez (...) y aplicaremos estabilidad monetaria a los bonos', dijo el Banco de Corea en un comunicado.

En Indonesia, la autoridad monetaria aseguró que saldrá en defensa de su moneda, la rupia, si sufre una fuerte depreciación. En Taiwan, el Gobierno vigilará los mercados de divisas, para evitar 'el negocio especulativo', mientras que el Ejecutivo de Malaisia anunciará un paquete de estímulo de la economía el próximo mes para amortiguar los efectos de la guerra.

Aunque los expertos creen que, gracias a un aumento de las exportaciones, los países asiáticos serán de los más beneficiados por el conflicto. Si es corto, claro.

Las monedas latinoamericanas se debilitan

El inicio de la ofensiva bélica de EE UU contra Irak se tradujo ayer en un descenso generalizado de las cotizaciones de las monedas latinoamericanas, ya que los inversores decidieron reducir sus posiciones de riesgo.Con la excepción de Venezuela, la mayoría de la Bolsas latinoamericanas experimentaron ayer tímidas subidas. Sin embargo, las monedas perdían valor frente al dólar. El real brasileño y los pesos de México, Argentina y Chile se depreciaban un promedio del 0,5%. El temor a que un conflicto en Irak demasiado prolongado se traduzca en una fuerte crisis económica es lo que está llevando a los inversores a ser cautos con los negocios en países emergentes.El real brasileño rozaba ayer las 3,8 unidades por dólar, mientras que el peso argentino se situaba claramente por encima de las tres unidades por dólar. En el caso del peso mexicano, la cotización se acerba al techo de las 11 monedas por cada dólar.Los efectos de una guerra prolongada serían nefastos para América Latina: los bancos reducirán aún más el acceso a la financiación para evitar riesgos; los inversores retirarán posiciones; un conflicto largo en el golfo Pérsico tendrá un efecto inmediato en el precio del petróleo, alimentando la inflación y reduciendo el crecimiento económico estadounidense, y este menor crecimiento se traducirá en una contracción de la importación de materias primas, la principal fuente de riqueza de América Latina. No en vano, EE UU es el principal cliente de todos los países de la región.

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