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Motor

Carrera de caballos contra la melancolía

Los fabricantes presentan las versiones más potentes de sus automóviles en un intento de atraer compradores en un mercado débil y desconfiado

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ice Bob Lutz, vicepresidente de General Motors, que en el futuro los automóviles encontrarán un punto de equilibrio entre el gusto europeo y el americano. Es decir, entre los coches relativamente más pequeños y eficientes del Viejo Continente y las máquinas de grandes dimensiones y cilindradas que fascinan a los norteamericanos. Pero la convergencia entre las distintas formas de entender el coche no parece aún cercana. Vehículos diseñados para europeos triunfan en Japón, China o América Latina, pero EE UU sigue siendo diferente, y no sólo por su barata gasolina, como saben bien las marcas europeas que han tropezado en su intento de entrar en el mayor mercado mundial.

Las tendencias apuntadas en el Salón del Automóvil de Ginebra, que se clausura mañana domingo, parecen dar la razón sólo parcialmente a Lutz. Los coches europeos van incorporando motores cada día más potentes, no necesariamente en carrocerías mayores, en lo que parece una carrera por acumular caballos. En la edición anterior del certamen suizo había brillado el lujo, pero esta vez el sector se ha contagiado del pesimismo prebélico. El anuncio de que Renault dejaría de fabricar el Avantime, una arriesgada apuesta de gama alta, no ayudó a elevar los ánimos. Así que los protagonistas de esta edición del más prestigioso salón europeo han sido los motores, tan poderosos como el del imponente Cadillac Sixteen, convertido en ejemplo para la industria. Se trata de un coche concepto -es decir, no pensado para llegar al mercado- equipado con motor de 16 válvulas que rinde una cifra récord de 1.000 caballos, y que ya había sido desvelado en enero en Detroit. Bajo este estandarte Cadillac está relanzando su imagen en Europa, donde quiere elevar sus ventas.

Entre los coches reales, Mercedes Benz exhibió una de las motorizaciones más potentes del mercado. El CL 65 AMG promete un rendimiento de 612 caballos -los mismos del Carrera GT de Porsche- gracias a su motor V12 biturbo de 6 litros. Este superdeportivo tiene su velocidad limitada electrónicamente a 250 kilómetros por hora.

Potencia es también lo que muestra el Continental GT, que Bentley -marca de gran lujo del grupo Volkswagen- presenta como el vehículo de su clase más veloz del mundo. Su motor de 6 litros y 560 caballos incorpora dos turbocompresores que permiten alcanzar velocidades punta de 306 kilómetros por hora. Volkswagen también exhibió el poderío del modelo más exclusivo que comercializa con su propia -y popular- marca. El Phaeton V10 TDI se convierte, con sus 313 caballos y la velocidad limitada a 250 kilómetros por hora, en el vehículo diésel más rápido del mercado, según sus creadores.

En el terreno de los prototipos fue señalado el Brabus E V12, desarrollo del que hace siete años entró en el libro Guiness como el sedán más rápido del mundo, capaz de alcanzar 330 kilómetros. Este Brabus, basado en la nueva Clase E de Mercedes, puede correr algo más, 340 kilómetros, propulsado por un motor desarrollado a partir del que utiliza el S 600, con 12 cilindros, biturbo y 640 caballos. El Brabus será producido en pequeñas series a partir del próximo verano y se venderá a un precio cercano a los 300.000 euros.

Audi exhibió un bello coche-concepto: el Nuvolari Quattro, un vehículo diseñado por Walter da Silva y bautizado con el apellido del corredor Tazio Nuvolari. Se trata de un cupé de cuatro plazas con motor de 5 litros que puede rendir hasta 600 caballos. La marca también refuerza su oferta real: el nuevo TT 3.2 es la versión más potente de este deportivo, propulsado por un motor de 6 cilindros y 250 caballos, con cambio manual automatizado y tracción a las cuatro ruedas.

Como prototipo deportivo despertó gran interés el Aston Martin AMV8 Vantage, que alguno ha llamado el anti-Porsche porque aspira a quitar clientes a la serie 911 de la marca de Stuttgart. No se producirá en serie hasta 2005 y pretende impulsar uno de los cambios más revolucionarios en los 89 años de historia de la marca británica, perteneciente al grupo Ford. El vehículo -que aspira a ser el más accesible y vendido de la marca- es un biplaza de motor delantero V8 de 4,3 litros y entre 300 y 400 caballos. BMW también tenía nuevo deportivo que enseñar: el M3 CSL, visto en una versión de 343 caballos y motor V24, que además ha reducido significativamente su peso para ganar rendimiento.

En Ginebra se desveló también el nuevo Ford GT, la versión de producción del GT40. Se trata de una renovación del mítico vehículo nacido en los años sesenta y ganador cuatro veces en Le Mans, esta vez propulsado por un motor V8 de 5.4 litros, con más de 500 caballos. Estará disponible a finales de 2004, en principio con unas 80 unidades para Europa.

Pero también los modelos más populares apuestan por la potencia. Seat enseñó el esperado Ibiza Cupra R, que refuerza su imagen deportiva y en gasolina y diésel empieza por 150 caballos. El nuevo Peugeot 307 cupé descapotable -para el que vaticina un éxito similar al 206 cc- fue visto con 174 caballos. Opel presentó el Speeder, con 200 caballos, y Alfa Romeo el GT, que presenta un máximo de 250. Hasta el modesto C2, que será el más pequeño de los Citroën, fue visto como un prototipo de rally con 225 caballos. Mientras una crisis petrolera no imponga lo contrario, va a llevarse el derroche de cilindradas y caballos. Al menos en los salones.

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