El Constitucional avala unánimemente la Ley de Partidos recurrida por Vitoria
El Tribunal Constitucional avaló ayer por unanimidad la plena constitucionalidad de la Ley de Partidos Políticos, en una sentencia en la que desestima el recurso presentado por el Gobierno vasco contra dicha norma.
El recurso fue planteado el pasado septiembre por el Ejecutivo que preside Juan José Ibarretxe al considerar que la citada ley 'fuerza en extremo el principio de separación de poderes' y 'restringe derechos fundamentales constitucionalmente reconocidos', como el de asociación política, libertad ideológica y participación en los asuntos públicos.
La decisión de desestimar el recurso de inconstitucionalidad se produce después de que el mes pasado el pleno del Alto Tribunal rechazase, por seis votos a cinco, la segunda recusación presentada por el Gobierno vasco, por presunta parcialidad, contra el presidente del Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, ponente precisamente de la sentencia de este recurso.
La sentencia dictada ayer despeja el camino para la ilegalización de Batasuna, asunto que está siendo sometido a estudio por parte de la Sala Especial del Tribunal Supremo. Dicha sala iniciará hoy las deliberaciones y su sentencia se espera para dentro de tres semanas. Sus miembros abordarán, entre otras cuestiones, la petición de Batasuna de que eleve una cuestión de inconstitucionalidad contra la Ley de Partidos, iniciativa que carece de recorrido a la vista de la sentencia dictada ayer por el Tribunal Constitucional.
El Gobierno y el PSOE expresaron ayer su satisfacción por la sentencia. El ministro de Justicia, José María Michavila, emplazó, además, al lendakari, Juan José Ibarretxe, y al líder del PNV, Xabier Arzalluz, a explicar a la opinión pública 'por qué actúan como abogados defensores de ETA ante el Constitucional'.
El portavoz del PSOE en la Comisión Constitucional del Congreso, Diego López Garrido, afirmó que la sentencia otorga una 'enorme fuerza de legitimación' a la ley frente a aquellos que dan cobertura al terrorismo.