El proveedor de señales del AVE recomienda abrir la línea en octubre
La puesta en servicio de la línea ferroviaria de alta velocidad (AVE) Madrid-Lleida debería aplazarse hasta el próximo mes de octubre para que se puedan poner a punto todos los sistemas, según aseguró ayer Gilles Pascault, el director de grandes contratos europeos de CSEE Transport (filial de Ansaldo Signal), empresa que, junto con Cobra (ACS), resultó adjudicataria de la instalación de dicho sistema de seguridad y señalización.
Sólo la mera validación del sistema llamado ASFA, que permite velocidades máximas de 200 kilómetros por hora, se demorará como mínimo hasta mediados del próximo mes de abril.
A partir de ahí, el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) debería invertir un plazo mínimo de seis meses en realizar pruebas dinámicas, esto es, probar el funcionamiento integrado de todos los sistemas -vías, electrificación, señalización, seguridad y trenes, entre otros- con la circulación de trenes en pruebas, según declaró Pascault en declaraciones a Europa Press.
No obstante, Pascault avanzó que la intención del Ministerio de Fomento es anunciar a comienzos del próximo mes de abril el nuevo calendario de reanudación de viajes promocionales y puesta en marcha de la línea.
Para entonces, Francisco Álvarez-Cascos contará con el informe que actualmente elabora el GIF para evaluar el estado de la línea, que llevará un periodo de dos semanas. Otra semana más se necesitará para intercambiar criterios con las empresas involucradas.
En cuanto a las causas del retraso de la línea, el directivo de Ansaldo asegura contar con documentación que demuestra que la causa de la demora actual es el retraso en la construcción de la infraestructura, a diferencia de lo que mantienen tanto el ministro como el nuevo presidente del GIF, Ramón Escribano. En concreto, Pascault explicó que sus técnicos no pudieron acceder a la vía hasta septiembre de 2002, dos meses antes del plazo de ejecución establecido en el contrato que firmaron con el GIF en noviembre de 2000 y a tan sólo tres meses de la fecha inicialmente prevista para la inauguración del AVE.
Además, aseguró que en el contrato suscrito en noviembre de 2000 con el GIF éste se comprometía a habilitar en una primera fase, prevista para febrero de 2001, un tramo de 80 kilómetros entre Zaragoza y Lleida para empezar a probar el sistema y, posteriormente, ya en julio de 2001 todo el corredor para instalar el sistema y realizar pruebas hasta la puesta a punto programada para noviembre de 2002.