Fomento renuncia a abrir el AVE a Lleida a corto plazo
El ministro de Fomento ha renunciado a su objetivo de abrir la línea de alta velocidad Madrid-Lleida a mediados de marzo. Tras recibir los primeros análisis técnicos de Renfe, que la semana pasada se hizo cargo de la puesta a punto de esta problemática infraestructuras, el departamento que dirige Álvarez-Cascos ha optado por darse mas tiempo. Aunque la palabra aplazamiento no salió de sus labios, el ministro eludió ayer, en un acto en (Segorbe) Castellón, concretar el tiempo que llevará la puesta en marcha de la línea ferroviaria, a la espera de que el nuevo presidente del GIF, Ramón Escribano, quien tomó posesión de su cargo ayer, elabore el correspondiente informe.
El pasado viernes, el número dos del departamento, Benigno Blanco, todavía insistía en que la línea se abriría al público el próximo 15 de marzo. Sin embargo, pocas horas después de anunciar ese propósito, trascendía que los técnicos de Renfe, que han asumido de facto las labores de puesta a punto de la infraestructura, estiman que los trabajos para poner en marcha la línea y abrirla al tráfico se prolongarán entre seis meses y un año.
Cascos añadió ayer que 'no voy a suplantar al presidente del GIF, por lo que le doy el margen de confianza que se merece para que nos haga una propuesta, la cual será trasladada públicamente cuando dispongamos de ella'.
Por la mañana, en la toma de posesión del nuevo presidente del GIF, había salido al paso de la avalancha informativa sobre los problemas de la línea acusando a la oposición de estar alentando a la prensa. Cascos declaró que el Gobierno seguirá su rumbo en materia de obras ferroviarias, 'pese a la labor de confusión que están llevando a cabo ciertos grupos a través de sus grupos mediáticos'. Y añadió que 'estos mismos son los que quieren hacer aparecer a Sadam como al nuevo Gandhi del pacifismo, cargar las culpas del Prestige a todos menos a los armadores y tripulación y afirmar que los sabotajes en el AVE son deficiencias de la línea'.
Los problemas de esta línea férrea y las polémicas explicaciones del ministro provocaron nuevas reacciones políticas. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que 'son hechos graves' y que su partido tiene la convicción de que se deben a que 'ha habido una planificación y ejecución de la obra profundamente deficiente, sólo explicable desde la incompetencia'. El Grupo Socialista multiplicará las iniciativas parlamentarias al respecto de forma 'inmediata'.
El portavoz de Infraestructuras del PSOE en el Congreso, José Segura, acusó a Álvarez-Cascos de 'pretender lavar su imagen de chapapote' tras la crisis del Prestige poniendo en marcha una red de alta velocidad sin las garantías suficientes de seguridad.