Bush ignora las manifestaciones de protesta y cree innecesaria otra resolución de la ONU
El presidente de EE UU, George Bush, dijo ayer que no necesitan una segunda resolución de Naciones Unidas para iniciar una ofensiva armada en Irak. A pesar de que sus diplomáticos y los del Reino Unido trabajan en la redacción de un documento de continuación de la resolución 1.441, Bush matizó que otra resolución 'sería útil, pero nosotros no la necesitamos'.
El presidente restó importancia a las manifestaciones que el pasado día 15 recorrieron buena parte de los países occidentales y que unieron a millones de personas bajo el lema 'No a la guerra'. 'La democracia es una cosa muy bonita', dijo Bush, pero más allá de esta consideración estética, el presidente dijo estar 'respetuosamente en desacuerdo', y lamentó que su visión de Sadam Husein como un 'riesgo para la paz' no fuera compartida.
Bush subió el tono de sus respuestas para atacar las resistencias que encuentra EE UU en el Consejo de Seguridad. 'Creo que es muy importante para la ONU ser útil en este camino de futuro y no hay nada menos útil que tener una resolución y no ser consecuente con ella', dijo.
Sobre el desgaste electoral de Tony Blair, como consecuencia de la multitudinaria manifestación de Londres, Bush apuntó que 'el papel de un líder es tomar decisiones basadas en criterios de seguridad'. 'Otro líder valiente es José María Aznar. Espero tener un buen encuentro con él en el rancho este fin de semana. Estoy orgulloso de llamarlos aliados y trabajaremos juntos para la paz', dijo.
Mientras, en Europa, los 13 países candidatos a la adhesión se sumaron a la declaración sobre Irak que el lunes lograron consensuar los líderes de los Quince, según informa Reuters.
Pese al aparente consenso europeo, la reunión entre la troika comunitaria y los países candidatos para tratar la crisis iraquí no estuvo exenta de tensión. El presidente francés, Jacques Chirac, arremetió en la noche del lunes contra estos países por lo que considera su apoyo a la línea dura de EE UU en política exterior, declaración desdeñada por los países candidatos. El propio Blair criticó a Chirac por considerar que su declaración implicaba una amenaza velada a su incorporación a la UE.