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Actividad

Las multinacionales generan el 25,4% de las manufacturas y el 15% del empleo

La Oficina de Estadísticas de la Comisión Europea, Eurostat, publicó el viernes sus últimos datos comparativos sobre el grado de control extranjero en las empresas de ocho países comunitarios (España, Francia, Holanda, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Portugal y Luxemburgo). La metodología de Eurostat considera que el capital extranjero controla una empresa cuando tiene la capacidad de dirigir y determinar su estrategia.

En esa situación se encuentran sólo el 0,5% de las empresas españolas, pero su cuota en términos de ingresos, valor añadido y generación de empleo hablan de su envergadura. Las multinacionales obtienen el 18% de los ingresos de todo el sector empresarial español y de ellas depende el 8,8% del empleo en ese terreno. El valor añadido de su producción supone el 15,4% del total, lo cual indica, según Eurostat, que 'la productividad es mayor en las empresas controladas por capital extranjero'.

Las multinacionales estadounidenses y francesas copan casi el 50%, en términos de valor añadido, de la producción controlada por capital extranjero. Alemania les sigue de cerca con un 16,6% y Reino Unido, con un 5,5% viene en quinto lugar, por detrás de Holanda (12,6%).

La inversión extranjera en España se concentra en el sector manufacturero, donde el 15% del empleo depende de las multinacionales. De los ocho países estudiados, España es el que presenta mayor diferencia en cuanto a la importancia del capital extranjero en el sector secundario respecto al de servicios (donde sólo el 5,4% del empleo depende de las multinacionales).

El sector industrial resulta el más sensible a la fuga de multinacionales como han demostrado las recientes decisiones de algunas de ellas.

El sector de automoción resulta emblemático en ese sentido. El fabricante alemán Volkswagen ha traslado a Eslovaquia el 10% de la producción del modelo Ibiza, fabricado hasta ahora en Martorell. Lear y Delphi, fabricantes de componentes, han trasladado a Polonia parte de su producción en las provincias de Lleida y Cádiz.

La Comisión Europea, en previsión de la próxima ampliación de la UE, endureció el año pasado las condiciones exigibles para la autorización de incentivos fiscales a la inversión. Bruselas quiere reducir así la capacidad de regateo de las multinacionales con las autoridades de cada país. Aun así, la mayoría de los países del Este que ingresarán en la UE el 1 de mayo de 2004 han negociado periodos transitorios para los regímenes fiscales con que atraen actualmente la inversión.

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