Basf se desmarca del gasoducto de Cepsa y opta por una canalización vía Italia
Según el vicepresidente de Basf Española, Erwin Rauhe, 'no hemos descartado nuestra participación en el proyecto español, pero las tuberías de gas quedan cortadas en Francia, con lo que es imposible la conexión con el centro de Europa, donde está gran parte de la demanda, nos guste o no'. El gasoducto Medgaz ha superado los estudios de trazado submarino, estableciendo el trayecto del gasoducto a través del mar de Alborán (Mediterráneo occidental), partiendo de Beni Saf (Argelia) hasta la costa de Almería. La capacidad de la instalación será de entre ocho y 16 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas. La inversión podría superar los 3.000 millones de euros.
La sociedad promotora del proyecto Medgaz se constituirá este año. Es en esta fase donde Basf ha decidido paralizar su integración, bien como accionista en la construcción o posteriormente como comprador de gas. La multinacional alemana ha centrado su plan de crecimiento en el mercado de gas en Europa a través de la filial Wintershall, que apenas tiene actividad en España. Sin embargo, Basf Española ha potenciado los contactos con la empresa estatal argelina Sonatrach, la responsable de la gestión de las reservas de gas. 'La petroquímica de Tarragona centra su área de acción en la zona mediterránea, incluyendo los países del norte de África', indicó Rauhe.
Pruebas piloto
El grupo alemán y la compañía argelina crearon en 1999 Basf Sonatrach Propanchem, la sociedad encargada de levantar una planta de deshidrogenación de propano en la petroquímica tarraconense. 'Recientemente, hemos iniciado las pruebas piloto de esta planta, que será plenamente operativa en marzo', añadió Rauhe. El vicepresidente de la subsidiaria española indicó que Basf estudia otros proyectos con Sonatrach tanto en Tarragona como en el norte de África, 'pero vamos a esperar que funcione plenamente la factoría que acabamos de estrenar'. Rauhe argumentó que la matriz baraja varios proyectos de inversión en la petroquímica y que no existe ningún riesgo de trasladar la producción a otros países. 'Sin embargo, se mantiene el sobrecoste en temas tan básicos como la electricidad, gas y agua. æpermil;stos son más importantes que el coste de mano de obra, porque se trata de un sector muy intensivo en inversión tecnológica'.
Rauhe también se mostró partidario de duplicar la capacidad de la planta de tratamiento de residuos industriales de Constantí (Tarragona), situada actualmente en las 30.000 toneladas anuales. La instalación se construyó en 1998.