El auge de los bonos empresariales, nuevo peligro para las Bolsas
Las empresas más importantes del mundo juegan desde hace unas semanas una doble carta, la de refinanciar sus deudas mil millonarias a tipos de interés excepcionalmente bajos y la de captar nuevos clientes-acreedores con gigantescas emisiones de bonos con tipos por encima de los oficiales. El inversor final no se lo piensa dos veces y cubre con creces la oferta.
Sucede, no obstante, que en los últimos días las emisiones se han incrementado de manera notable y que la Administración Bush ha sacado del baúl sendas emisiones de letras a tres y cinco años para alimentar el déficit histórico.
Las empresas han aprovechado la falta de memoria de los participantes en el mercado, porque parece que se han olvidado los escándalos. Borrón y cuenta nueva. Hasta que alguna de las grandes corporaciones empresariales decida aplazar el pago de intereses o suspenderlos, sin más. Entonces, el castillo de naipes de la renta fija saltará por los aires. Puede suceder, también, que las necesidades de la Administración Bush superen lo previsto, que eso es lo que apuntan algunos expertos, y no tenga otra opción que subir los tipos de interés. ¿Por qué no? En cualquier caso, la competencia se ha introducido en la renta fija y la seducción viene de tipos de interés más altos para empresas con un mismo perfil de riesgo, siempre teórico.
Otro de los asuntos que circulan en los cenáculos es el impacto que tendrá el comienzo de la guerra en las Bolsas del mundo. Hasta ahora, la mayor parte de los analistas apostaba por fuertes alzas, por aquello de que las incertidumbres se despejan. Malo es que todo el mundo piense lo mismo, porque los mercados suelen hacer lo contrario.
No está demostrado, además, que las guerras favorezcan la recuperación de las Bolsas pese al empeño dialéctico de algunos grandes bancos de inversión de Estados Unidos. Generalmente, las guerras no han cambiado la tendencia de fondo de las Bolsas a medio plazo.