Los empresarios comienzan a paralizar proyectos de inversión
No hay nada peor para los negocios que la incertidumbre. Esta máxima es la que están empezando a aplicar los empresarios españoles, que ven amenazadas las perspectivas económicas ante el ambiente prebélico a escala internacional.
Ante tal escenario, todos prefieren esperar a ver cuál va a ser el desarrollo de los acontecimientos. 'Los proyectos de inversión siguen su curso pero no hay prisa por tomar nuevas decisiones; incluso se retrasa la firma de estudios ya iniciados', reconoce a este diario José Luis Castañeda, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (Sercobe).
Castañeda hace una clara división entre las empresas del sector que viven al amparo de licitaciones públicas (infraestructuras ferroviarias, redes de gas, generación y energías renovables), en donde hay garantizado un nivel mínimo de funcionamiento, y las que llevan arrastrando una crisis de meses anteriores, como las ligadas a las telecomunicaciones y nuevas tecnologías.
La situación en los bienes de equipo es extensible a la industria general. La cartera de pedidos a tres meses seguía en enero en niveles negativos, según la ultima encuesta de coyuntura industrial. La previsión de nuevos pedidos está estancada y en tasa negativa la referente a la demanda exterior. 'No queremos que haya guerra, pero si la hay, por cuestiones políticas que no entramos en ello, pedimos que sea cuanto antes y dure poco', admiten otras fuentes patronales del sector industrial, que también admiten el impacto de la tensión prebélica sobre los proyectos empresariales.
Otros sectores mucho más afectados, ya están empezando a tomar medidas, espoleados por la experiencia de acontecimientos similares que ocurrieron en el pasado. Las compañías aéreas han elaborado planes para minimizar el impacto del conflicto. En Iberia se está en condiciones de retirar del servicio 30 aeronaves sin coste adicional, informa Antonio Ruiz del Árbol. En Spanair prevén reajustar las fechas fijadas para la incorporación de nuevos aviones a la flota y la búsqueda de rutas alternativas. Air Europa está analizando con detenimiento la venta de billetes y reservas ante la posible caída de la demanda.
Compás de espera
En el caso de los turoperadores, también se está al acecho para la búsqueda de alternativas. 'Empresarios y clientes estamos ante un compás de espera; creemos que el turismo, sobre todo el de largo alcance, el que cruza océanos, se verá resentido si el conflicto dura mucho', dice Félix Arévalo, director general de la Asociación Española de Agencias de Viaje.
Los empresarios hoteleros son de la misma opinión. 'Hemos notado una ralentización de las reservas para el verano; los turistas prefieren esperar a que se aclare la situación', admite a este diario Ramón Escalella, secretario general de la patronal hotelera Zonas Turísticas (Zontur). Pero no hace falta esperar al verano. En zonas como la Costa del Sol ya se han cancelado el 60% de las reservas efectuadas por estadounidenses y canadienses para lo que queda de invierno. Este mercado supone el 15% del negocio de los hoteleros de la zona.
Los empresarios de Benidorm están afectados por el descenso del turismo británico, muy sensible a la evolución de la coyuntura, lo que viene a agravar el efecto de la incertidumbre provocada por la amenaza de guerra. En Canarias, las tarifas de los hoteles tiran a la baja, para sujetar la demanda del exterior.
De momento, la demanda nacional ligada a viajes de negocios, sigue funcionando, lo que permite a los empresarios mantener sus planes iniciales, aunque sólo en ese sector, añade Escalella.
Habrá que esperar al desenlace del conflicto.