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Estrategia

Temor a que merme la renta de las familias por la carestía del petróleo

Cuando soplan vientos de guerra, los mejores sectores para capear la coyuntura son los que más alejados están de la crisis política.

Es el caso de la construcción, que vive más de dos años de auténtico boom, ayudada por la escasez de la oferta de suelo y el refugio de especuladores, en busca de grandes rentabilidades.

Los empresarios no están especialmente preocupados por la amenaza de conflicto, salvo si éste se alarga más de lo esperado (en torno a uno o dos meses).

'El inmobiliario es un mercado de maduración lenta, sensible a la coyuntura, pero más a medio plazo. Las variables que influyen son los tipos hipotecarios y la creación de empleo, algo que no cambia de la noche a la mañana', comenta a este diario, Manuel Martí, secretario general de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE).

Además, el sector tiene un colchón para los próximos meses derivado de la licitación de obra ya prevista.

No obstante, Martí reconoce su preocupación sobre la evolución de algunas variables como el precio del petróleo, 'que a medio plazo acaba minando la renta disponible del consumidor' y, por tanto, su poder adquisitivo, algo decisivo para la compra de una vivienda.

Prima de guerra

Mucho más preocupadas están las petroleras, conscientes de la prima de guerra en el precio del crudo, que los analistas cifran entre 2 y 6 dólares por barril. Álvaro Mazarrasa, director general de la Asociación de Operadores Petrolíferos de España (AOP), centra los mayores problemas en las actividades de refino y comercialización, muy influidas por la geopolítica internacional.

'Sin duda alguna son las que más están sufriendo la incertidumbre del momento y condicionando sus decisiones, comenta.

En cambio, la producción y exploración están viéndose muy poco afectadas. Con todo, según Mazarrasa, 'se debe lanzar un mensaje de optimismo a la opinión pública, ya que la oferta de crudo en los mercados está asegurada', con países como Arabia Saudí, dispuestos a aumentar la producción si ello fuera necesario. Otro asunto bien distinto es la cotización del barril, por encima de los 30 dólares en los últimos días.

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