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Bolsa

Escenarios de guerra

Cuestión de tiempo. æpermil;sta parece ser la interpretación que hicieron los mercados tras conocer las pruebas que el pasado miércoles presentó el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El mensaje, que deja entrever que la guerra está más cerca, no alejó las incertidumbres de los mercados.

Los expertos de Goldman Sachs han llegado a la conclusión de que los inversores se inclinan por que el conflicto se desarrolle lo antes posible y en un breve periodo de tiempo. 'Tras analizar el impacto de las seis guerras de los últimos 30 años Yom Kippur, la Guerra de las Malvinas, la invasión de Panamá, la Guerra del Golfo, Kosovo y los ataques en Afganistán creemos que muchos inversores están descontando que una guerra corta dañará poco la demanda y que los precios del crudo caerán bruscamente a lo largo del año', señalan en un informe sobre el impacto de las guerras en las economías y los mercados de valores. 'Un descenso de los precios del petróleo podría actuar como estímulo del crecimiento y los beneficios, aliviando a los mercados de valores', añaden.

A su juicio, y pese a que consideran que muchos inversores comparan este conflicto con la Guerra del Golfo -que se desarrolló en un breve periodo de tiempo y en el que a la escalada del precio del crudo siguió una caída- ahora hay que valorar otros riesgos, según Goldman. 'El primero es que los precios del petróleo sigan en máximos durante un largo periodo, y el segundo, que la guerra sea más larga, perjudicando la confianza de consumidores e inversores'. Los últimos conflictos han durado entre 15 días y dos meses y medio, pero en caso de alargarse en el tiempo los efectos serían fatales para las economías y las Bolsas. 'En caso de guerra larga, el crecimiento económico en la zona euro podría caer hasta el 0,5% en 2003 (desde el 0,9% esperado)'. En EE UU, el crecimiento previsto para 2003 del 2% también podría peligrar.

Con respecto a los precios del crudo, la fortaleza del euro servirá al menos para aliviar en parte la factura energética de las compañías europeas. 'Nuestras previsiones son que el euro siga ganando posiciones hasta los 1,12 dólares a final de año. Esto significa que el aumento en el precio del petróleo podría ser sofocado por el incremento de valor del euro, por lo que el impacto sería mínimo'. No sucederá lo mismo en lo que a beneficios empresariales se refiere. Según estos expertos, en el conflicto del Golfo y en Afganistán, alrededor del 80% de los sectores sufrieron revisiones a la baja, del orden del 1,5%, y las estimaciones de beneficios se redujeron hasta un 2,8%. 'Si los beneficios estimados cayeran 70 puntos básicos y la rentabilidad de los bonos siguiera alta, las Bolsas podrían caer un 6%, mientras que si el rendimiento del bono cayera, las Bolsas podrían subir un 6% pese a la misma rebaja en los beneficios'.

De los defensivos a los cíclicos

La reacción de los inversores y la rotación de los sectores en los mercados de valores han sido unas de las cuestiones analizadas por estos expertos. Uno de los hechos más destacados es la subida que registran las Bolsas durante los conflictos, de entre el 1,5% y el 21%. Además, y tras analizar las últimas guerras, han encontrado que a medida que se desarrolla el conflicto, los inversores se inclinan más por los cíclicos en detrimento de los defensivos. Esta rotación de sectores, de defensivos (más sobreponderados antes de la guerra) a los cíclicos se produce, según Goldman, 'porque a medida que la guerra avanza, desaparecen las incertidumbres y cae la prima de riesgo, los inversores se inclinan por los cíclicos, más susceptibles a las alzas del mercado'. Las empresas de tecnología, electrónica, equipos informáticos, papeleras y siderúrgicas, es decir, las más ligadas al ciclo económico, son las que peor se comportan durante los tres meses anteriores al estallido, mientras que invierten la tendencia en los tres meses posteriores. 'Su alta beta les permiten beneficiarse de mercados alcistas'. Característica que, sin embargo, no es sinónimo de sobreponderación durante los rallys. Así, señalan el sector seguros como uno de los más infraponderados en cuatro de los seis periodos analizados pese a su alta beta. Lo contrario sucede en los sectores defensivos como eléctricas, farmacéuticas, distribuidoras y tabaqueras, donde una vez que el conflicto ha estallado empiezan a comportarse peor que el mercado por la salida de los inversores. El sector petrolero es otro de los más castigados una vez que la normalidad vuelve a las Bolsas y caen los precios del petróleo. 'Este sector tiene una gran correlación con los precios del crudo durante los periodos bélicos'. 'Durante la guerra del Yom Kippur, la invasión de Panamá y Kosovo, el sector se comportó mejor por los altos precios del petróleo, mientras que lo hizo peor durante la Guerra del Golfo y el ataque a Afganistán, cuando los altos precios del crudo empezaron a caer'.

La prima de riesgo y los bonos, una bomba para los mercados

Uno de los efectos que provoca la posibilidad de que estalle un conflicto bélico es el incremento de la prima de riesgo en los mercados. El dinero es temeroso, y el coste de invertir en momentos como éste se dispara. Un ejemplo de ello es el aumento de la prima de riesgo en anteriores guerras. 'En la Guerra del Golfo, en los bombardeos de Kosovo y en el ataque a Afganistán, la prima de riesgo de las acciones se incrementó antes de la guerra y después cayó entre 80 y 175 puntos básicos tras el inicio de los ataques', sostienen los expertos de Goldman Sachs. Otro factor preocupante es el rendimiento de los bonos. El incremento de la prima de riesgo unido a los altos niveles de los bonos se traduce, según los expertos, en una caída de las Bolsas. 'La rentabilidad de los bonos está en niveles del 4% y la prima de riesgo en 3,5, si los bonos permanecen en estos niveles, un incremento de la prima de riesgo de 50 puntos básicos, de 3,5 a 4, podría causar una caída del 8% en los mercados'.

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