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Crecen los competidores de la píldora Viagra

En España dos millones de varones padecen alguna disfunción eréctil. En Europa son 30 millones, y en el mundo, 150 millones los hombres que sufren impotencia. Un mercado valorado en 1.500 millones de euros anuales, para el que entre 1998 y mayo de 2001 sólo existía un tratamiento oral, la Viagra de la compañía estadounidense Pfizer. Pero el mercado ha madurado y, desde ayer, existen ya tres compañías compitiendo por él.

El martes se inició la venta en varios países europeos de Cialis -en España estará disponible a finales de este mes-, el fármaco contra la impotencia masculina de los laboratorios Lilly Icos, compañía integrada por la farmacéutica Eli Lilly y la biotecnológica Icos, en cuyo consejo de administración está presente el hombre más rico del mundo y presidente de Microsoft, Bill Gates. Las acciones de la compañía bajaban ayer, a una hora del cierre de Wall Street, un 1,51%.

A mediados de 2001 se autorizó la comercialización en Europa de Uprima, desarrollado por los laboratorios Abbot. Y la compañía alemana Bayer prevé, según ha difundido la agencia Bloomberg, empezar a vender en marzo sus comprimidos contra las disfunciones eréctiles en Europa, Levrita, con un año de retraso respecto a sus pronósticos iniciales. ¿Se le acabó el negocio del siglo a Pfizer? Ni mucho menos.

Los responsables en España tanto de Pfizer como de Lilly consideran que una mayor competencia incrementará el número de personas que se decidan a acudir al médico.

Una portavoz de Pfizer subraya que el año pasado las ventas de Viagra se incrementaron un 25% en España, hasta los 3,7 millones de pastillas azules vendidas. Un año en el que ya podía encontrarse en las farmacias españolas el medicamento de los laboratorios Abbot. La compañía estadounidense, según la portavoz consultada ayer, no ofrece lo que dicho incremento de ventas supone en euros. Pero podemos hacernos una idea teniendo en cuenta que el precio medio de una pastilla azul de Viagra sale por 10,25 euros (cerca de 38 millones de euros en total).

La nueva competencia, dicen en Pfizer, es bien recibida: 'En España se tratan 140.000 personas con Viagra. Desde que el paciente asume la disfunción eréctil hasta que lo consulta con el médico pasa una media de dos años. Aún queda mucho recorrido para estos medicamentos'.

En Lilly la opinión es similar. 'Todavía hay mucha gente que no busca tratamiento para la disfunción eréctil', comenta Juan Carlos Gómez, director de investigación clínica de Lilly en España, y que señala que de momento no pueden ofrecer el precio al que saldrá al mercado español el Cialis.

A pesar de las buenas palabras con las que los competidores recibieron ayer la entrada en el negocio de Lilly Icos, el camino hasta llegar a este punto no ha estado precisamente empedrado de rosas. Las compañías han barajado informes en los que restaban cualidades a los fármacos contra la disfunción eréctil del resto. Es más, Pfizer y Lilly se han visto las caras en los juzgados.

El Tribunal Supremo de Londres declaró en noviembre de 2000 que el control de Pfizer sobre el componente activo de Viagra, el sildenafilo, era 'obviamente inválido', a raíz de una denuncia de Lilly Icos.

Quien abiertamente criticó ayer el nuevo fármaco de Lilly fue el ciudadano británico Russell Cialis. Este ejecutivo de relaciones públicas de 64 años, junto a su familia, ha estado presionando para que la compañía cambie el nombre de su medicamento. 'Imaginen cómo se sentiría el señor Viagra si existiera uno', dice.

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