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Datos

El crecimiento económico se frenó hasta el 2% en 2002

El crecimiento del producto interior bruto (PIB) español se desaceleró el pasado año hasta registrar una media del 2%, desde el 2,7% de 2001, según los cálculos del Banco de España. Son los primeros datos de cierre del año (la institución suele acertar en sus previsiones), a falta de conocer las cifras oficiales, que no hará públicas el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta el 26 de febrero.

La previsión del Gobierno, que fue rebajada dos veces a lo largo del año, apostaba por un crecimiento en 2002 del 2,2%. El ejercicio finalizó sin que se hayan despejado las incertidumbres que condicionan la evolución de la economía mundial. El Banco de España estima que el aumento del empleo habrá rondado el 1,3% y la tasa paro habrá subido ligeramente hasta aproximarse al 11,5% de la población activa, lo que habría servido para recuperar algo la productividad de la economía.

La demanda exterior habría tenido una contribución negativa al PIB, del entorno de una décima porcentual. De los componentes de la demanda interna, el peor fue la inversión en bienes de equipo, en tasas claramente negativas. La desaceleración del consumo privado permitió una ligera recuperación de la tasa de ahorro de las familias, aunque la capacidad de financiación de los hogares se mantuvo en cotas muy reducidas, dada el encarecimiento de la vivienda.

A pesar de que los datos reflejan un menor tono de la economía, por segundo año consecutivo, muy lejos del 4,2% cosechado en 1999 y 2000, el Banco de España es moderadamente optimista. En primer lugar, porque estos datos son mejores que el que se espera alcance el agregado de la zona euro (por debajo del 1%), 'por lo que se ha seguido avanzando en el proceso de convergencia real con los países del área'.

En segundo lugar, la autoridad monetaria detecta una recuperación en el cuarto trimestre del año. Según sus cálculos, la economía habría crecido en el último trimestre al 2,1% (en serie corregida de variaciones estacionales), por encima del 2% del primero y segundo, y del 1,8% del tercero.

Mejora en el último tramo

A pesar de que el crecimiento de la economía ha seguido descansando en la pujanza de la actividad constructora y, en menor medida, en el consumo (1,7%), la institución aclara que se aprecian en los datos de los últimos tres meses los primeros síntomas de un cambio en el que la exportación y la inversión del sector privado 'podrían ir cobrando un mayor protagonismo'.

'Resulta alentador', advierte, que la economía haya mantenido tasas de crecimiento positivas del empleo a lo largo del pasado año, superiores al 1% en el cuarto trimestre, y que el ritmo de aumento de los costes laborales unitarios haya tendido a desacelerarse.

Respecto al comercio exterior, recalca que las exportaciones de mercancías han mantenido un comportamiento más expansivo que en la primera mitad del año.

Desde el punto de vista de la oferta (valor añadido generado por las ramas productivas), se destaca la recuperación de la industria en la segunda mitad del año y el debilitamiento registrado por los servicios de mercado, que habría finalizado 2002 a ritmos de crecimiento inferiores al del PIB.

No obstante, el Banco de España reconoce que las expectativas de recuperación siguen dependiendo en gran medida de la evolución de la economía de Estados Unidos, ya que las áreas más dinámicas (Asia y Europa del Este) no tienen peso suficiente para afectar de forma significativa al crecimiento de los mercados internacionales.

La institución que dirige Jaime Caruana entiende que ni Japón, donde no hay expectativas sólidas sobre la superación de su crisis, ni la Unión Europea (UE), 'muy condicionada por los resultados negativos de algunos países' como Alemania, se muestran como alternativas sólidas a la recuperación norteamericana.

El diferencial de precios, principal problema

El Banco de España es claro. El reto al que se enfrenta la economía española en 2003 es tratar de reducir el diferencial (1,7 puntos) entre el ritmo de crecimiento de sus precios de consumo y el de los países de la zona euro. Su persistencia 'puede terminar erosionando la competitividad y limitar el potencial de crecimiento y de generación de empleo'. Las previsiones apuntan a una mejora significativa de los datos con los que se ha cerrado el ejercicio, ya que en el aumento de la tasa de inflación a lo largo de 2002 han contribuido algunos factores transitorios como la evolución de los productos energéticos y de algunos alimentos. Sin embargo, este año se ha iniciado con no menos incertidumbres que el anterior, que afectan también al precio del petróleo. La institución considera vital que se rebaje el actual diferencial de precios, en una economía como la española muy abierta a la competencia exterior. Pone el dedo en la llaga, también, sobre otros sectores como los servicios, en donde se mantienen fuertes tensiones inflacionistas.

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