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Lealtad, 1

El cálculo de la prima de guerra

La osadía es consustancial a la especulación y ésta aumenta a medida que mayor es el grado de incertidumbre, que es lo que sucede en la actualidad. Por eso muy pocos se rasgan las vestiduras cuando escuchan o leen previsiones sobre el comportamiento futuro de las Bolsas según los diferentes escenarios de la guerra contra Irak. En este caso, la mayor parte de los participantes en el mercado admite el cúmulo de apuestas osadas.

Calcular la prima, el impacto, de la guerra entre Estados Unidos y sus aliados contra Irak es el juego de moda en los círculos más dinámicos del mercado. El empeño es baldío, porque los intangibles son, precisamente, de medición imposible.

En las Bolsas sucede, no obstante, que las premisas falsas a fuerza de repetirse en el tiempo se convierten en ley. De ahí que los más afamados especuladores estén pendientes del cálculo de marras. En los retrocesos acumulados de los últimos 12 meses, ¿cuál ha sido el peso de la incertidumbre generada por el conflicto entre Estados Unidos e Irak? ¿Un 15%? ¿Un 25%? ¿Un 30%?

Cuentan los observadores en voz baja que los primeros compases de una guerra que ya casi todo el mundo da por cierta llevarán el sello de la volatilidad, como siempre, pero que los repuntes de los índices serán en vertical si la situación no se alarga en el tiempo y las implicaciones geopolíticas son moderadas.

Hay en la situación bursátil actual mucha fantasía de futuro, porque los que siguen de cerca los movimientos diarios del mercado conocen por experiencias anteriores que al ruido de los tambores le siguen los sones de los violines. O lo que es lo mismo, que la situación actual brinda una gran oportunidad de hacer negocio, aunque sea a costa de un hecho que muy pocos desean. El peligro está, como siempre, en el tiempo.

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