Snow asegura que el dólar fuerte es una cuestión de 'interés nacional'
El dólar se apreció ayer por primera vez en los últimos 11 días, hasta las 1,082 unidades por euro, coincidiendo con la confirmación de John Snow por el Senado. El sustituto de Paul O'Neill defendió en repetidas ocasiones que favorece 'un dólar fuerte. Es una cuestión de interés nacional'.
Las palabras de Snow confirman una política mantenida en los últimos ocho años por la Administración estadounidense, pero que no fue seguida con entusiasmo por O'Neill, para quien los mercados debían ser los que establecieran el valor de la moneda. El mercado penalizaba al billete verde al entender que el Gobierno no iba a tocar el Fondo de Estabilización de Cambios, que está dotado con 38.000 millones de dólares y que puede ser utilizado para mover el valor de las divisas en los mercados mundiales.
Desde que Snow fue nominado para reemplazar a O'Neill, a mediados del mes pasado, el dólar ha sufrido una fuerte caída. Desde entonces Snow no se ha manifestado, aunque sí lo ha hecho la Casa Blanca apoyando la fortaleza de la divisa.
Para el designado secretario del Tesoro, esta fortaleza es la que hace que 'la gente la elija'. Es un punto de vista importante, dado que la economía estadounidense necesita atraer 1.400 millones de dólares diariamente para contener uno de sus más preocupantes déficit, el de su cuenta corriente.
'Una política económica solvente y comprometida con el mercado libre y abierto es la base para un dólar fuerte', dijo ayer Snow en un discurso , donde aprovechó para defender el plan fiscal de Bush como clave para el crecimiento económico, y base, por tanto, para esta fortaleza.
La Casa Blanca ha encomendado a Snow esta actividad de promoción del plan para ganar la confianza de los cada vez más decepcionados ciudadanos. Ayer el Conference Board dio a conocer que el índice de confianza se situaba en los 79 puntos, cifras no vistas desde 1993.
Si Snow se hubiera mantenido en sus postulados previos al acceso al cargo y defendidos desde su cargo como presidente de la Business Roundtable (la mayor patronal), se podría haber producido un inicio de órdenes de ventas de activos en dólares. Como empresario, Snow se opuso a los déficit presupuestarios y pidió una relajación del apoyo al dólar, una postura defendida por los fabricantes, que han visto su competitividad erosionada en los mercados internacionales por la fuerza del dólar.
Los comentarios de Snow fueron bien recibidos en Europa, donde el comisario de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, dijo ayer ante el Parlamento Europeo que aunque siempre ha deseado que el euro se apreciara en su cambio con el dólar, la subida ha sido demasiado rápida. De momento, Solbes no ve que la fuerza del euro sea un problema, pero concedió que estos excesos rápidos no son recomendables y que ahora la divisa 'es muy volátil'.
La matizada preocupación muestra la difícil tesitura de los responsables europeos de Finanzas que quieren que se refuerce su moneda, pero lo justo para evitar que las exportaciones de Alemania se colapsen. El vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, recordaba ayer a Le Monde que un euro fuerte es 'de interés para Europa'. Un discurso recurrente a ambos lados del Atlántico.