Los §grandes valores§ arrastran al Ibex por debajo de los 6.000 puntos
A pesar del rebote que experimentó Wall Street, mientras aguarda a Bush, y la volatilidad que se ha adueñado de la jornada, el Ibex, a media hora escasa del cierre, se desmarcaba de la indefinición de sus homólogos y se internaba en territorio negativo. Soplaba neutralidad, cuando no alzas en el resto de Europa, pero en la cesta pesaron más los recortes de los grandes bancos o Telefónica. Al final, perdió un 1,1% y no logró auparse a los 6.000, quedándose en 5.955,40 puntos. El Índice General también cedió un 1,11%, mientras el Nuevo Mercado se anotó un 1,24%.
Los blue chips españoles han terminado el día con pesimismo. BBVA y SCH, para los que Renta 4 prevé descensos de los resultados anuales, se han depreciado un 0,5% y un 2,1, respectivamente. Las acciones de Repsol han caído asimismo un 2,07%, y las de Endesa, un 2,43%. Nueva caída también para Vallehermoso, del 1,6%, tras anunciarse que los socios de Sacyr tendrán el 53% de la inmobiliaria, una vez acordada la fusión. En cuanto a Jazztel, los títulos cayeron un 21,88% y registraron la mayor caída de la bolsa, debido a las ventas acaecidas por la próxima incorporación a negociación de nuevos títulos procedentes del canje de deuda.
Del lado de las subidas, destacan la espectacular de Terra, del 8%, y la de Sogecable. La empresa de comunicación ha celebrado con un aumento del 6% la confianza del Gobierno en la marcha de su fusión con Vía Digital, un día antes de que se cumpla el plazo impuesto para que ésta y Telefónica acepten o no las 34 condiciones exigidas. Prisa ha tenido un comportamiento similar, un 3,2% arriba, mientras Telefónica se dejaba un 1,3%, hoy que comenzaba su ampliación de capital de una acción nueva por cincuenta antiguas.
Alemania y EEUU
En la agenda económica del día, han destacado el informe IFO de clima industrial y empresarial en Alemania, que arrojó una subida en enero por primera vez desde hace ocho meses, aunque menos de lo previsto, frontalmente opuesto al dato de confianza de los consumidores estadounidenses. Con la idea de la guerra planeando incesantemente, éstos confían lo mismo en la economía de su país como en noviembre de 1993, de todos modos, en enero, lo hicieron más de lo previsto por los analistas.
Los indicadores han servido para apaciguar, en parte, los nervios de los inversores ante el discurso del presidente Bush sobre el estado de la Unión hoy que, de hacer referencias concretas a un desenlace bélico, puede asestar un nuevo mazazo a las bolsas mundiales. Hoy, París ha ganado un 0,2%, Londres un 0,3% y Francfort se anotaba idéntico porcentaje a dos horas del broche de sesión. Ayer los mercados de renta variable vivieron una jornada de caídas, ante la evidencia de que para la guerra sólo falta una fecha.