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Crisis

Silicon Valley se recicla

La sede social del microprocesador ha perdido en dos años más de la mitad de los empleos generados en la expansión de los noventa. Se busca una reinvención

Este año no hay prisa por planchar el frac en Silicon Valley. En los últimos 16 años, esta prenda se ha usado a primeros de mayo para que los muchos adinerados del lugar acudieran al baile benéfico donde estaban todos los que tenían que ser vistos por los que tenían que mirar. El acto social imprescindible, previsto para el 3 de mayo, ha sido cancelado. Según uno de sus organizadores, se seguirán recogiendo fondos para los necesitados, los enfermos y los sin techo de este prominente valle californiano, pero no parece procedente que haya festejos con ostras y caviar mientras las empresas se ajustan cinturones, en el mejor de los casos, y sigue la hemorragia de despidos.

El fin de esta fiesta, que además de aportar 10 millones de dólares a las asociaciones caritativas en su historia, es todo un símbolo del mal momento del Valle del Silicio, la sede social del microprocesador. Esta semana, la asociación sin ánimo de lucro que patrocina el valle publicaba el estudio de la consultora Collaborative Economics, en el que se daban algunas cifras del declive de una zona que ha sufrido la competencia exterior, la piratería y, sobre todo, la gran caída de las inversiones de las empresas en alta tecnología, una inversión que las compañías aseguran desde 2001 que se recuperará 'el año que viene'.

Según este estudio, desde que oficialmente empezó la recesión en EE UU, en marzo de 2001, hasta el segundo trimestre de 2002, se han perdido en el valle 127.000 empleos, que es una cifra que representa algo más de la mitad de los puestos de trabajo creados con la expansión de las tecnologías. Lo más inquietante es que el informe asegura que son las empresas que más movimiento y riqueza crearon a finales de los noventa, los fabricantes de semiconductores, software, hardware y ordenadores, los que más empleo han reducido: el 22%.

Los sueldos se han reducido un 6% en 2002, pero siguen por encima de la media nacional

Futuro incierto

El mazazo a esta sociedad, acostumbrada al éxito y el exceso, se ha producido no sólo por las pérdidas de estos puestos, remunerados en muchos casos en una media que ha estado entre los 80.000 y los 100.000 dólares al año, sino también en una rebaja de los salarios a los que quedan. El estudio de Collaborative asegura que la paga media en Silicon Valley se ha visto reducida un 6% en 2002 tras la caída previa del año anterior. Así las cosas, un sueldo ronda ahora los 62.500 dólares, una cantidad que queda a niveles del año 1998, pero aun así por encima de la media del país, que es de 38.400 dólares.

No obstante, el nivel de vida de los que quedan es más tolerable porque se han limado las desigualdades que la explosión de riqueza había generado. El informe indica que el 26% de las familias del condado de Santa Clara pueden ahora permitirse la compra de una casa a la que hace sólo tres años sólo tenían acceso el 18%. Los colegios también son más baratos y en el estudio se hace notar que la delincuencia juvenil se ha reducido. Lo que sí ha quedado como testigo de lo que fue el valle hace sólo tres años es la diversidad cultural y étnica. Según el estudio, en 1970 el 83% de los residentes en el valle eran blancos no hispanos. Hoy este porcentaje se ha reducido al 45% en beneficio de un 26% de la población procedente de Asia y un 25% hispanos. Solo el 3% es de raza negra.

Los responsables políticos y económicos no hacen más que prepararse para lo que tenga que venir. Doug Henton, presidente de la consultora que ha hecho este estudio, comentaba a The New York Times que una de las preocupaciones que se tenía que deducir de las conclusiones de la investigación es que en los años noventa se ha producido un fuerte cambio en la estructura empresarial al ganar fuerza el sector del software frente al del hardware. Según Henton, la media de empleados de una compañía de software es de 20, mientras que la de hardware se multiplica por 10. La conclusión es que hay muchas pequeñas compañías, y '¿cuál será el futuro de estas pequeñas empresas con una competición global?'.

Pero eso forma parte de la reinvención continua de la zona. Esta área del oeste de EE UU fue hasta los setenta uno de los centros neurálgicos de la industria de defensa, pero la caída de la inversión en esta área no desanimó al contingente humano experto en tecnologías y emergió la industria del semiconductor.

La pujante industria japonesa en el sector forzó un nuevo cambio en los ochenta y el Valle del Silicio, abonado por altas inversiones en I+D, se permitió el lujo de volver a reinventarse para convertirse en la meca de los microprocesadores y ordenadores personales. Auspiciado por una bonanza económica, en 1996 Silicon Valley fue el origen de 40.000 millones de dólares en exportaciones, sólo el condado de Santa Clara exportaba más que Detroit, la cuna de la tradicional industria del motor. La llegada de Internet y las empresas puntocom fueron las encargadas de la última ola de crecimiento, pero también de una arrogancia y una burbuja que se ha venido abajo. Ahora se busca una nueva reinvención. Quedan recursos empresariales, pero también humanos. Menos economistas con MBA, pero muchos ingenieros y científicos que buscan oportunidades.

La biotecnología se perfila como alternativa

Al presidente de la consultora que ha conducido el estudio sobre Silicon Valley, Doug Henton, le parece tener una pista muy clara de por dónde va a ir el futuro de esta zona del oeste americano. La biomedicina. No es el primero que intuye que este sector puede recoger el testigo de las empresas puntocom, ya no sólo a nivel de I+D, empleo y recursos, sino también en cuanto a valor a considerar en los mercados de valores como la estrella en ascenso a pesar de los altos riesgos. Henton tiene razones que apoyan su tesis a la alternativa bio (biotecnología, biofarmacia, biomedicina...). La primera es que el sector entrará en mayor auge según vayan entrando los hijos del baby boom en una tercera edad cada vez más larga y que requiere de más cuidados, más investigación y más recursos. En segundo lugar, ya hay en Silicon Valley la mayor concentración de industrias de biotecnología del país que emplea a 37.000 personas. Según un reciente informe de Joint Venture, la asociación que promociona esta área, de la misma manera que la confluencia del hardware, el software y los medios permitieron crear la 'revolución Internet', se dan las circunstancias para que la incipiente pero fuerte industria biotecnológica y nanotecnológica permitan una nueva ola de prosperidad en la región. 'Sin embargo, Silicon Valley tendrá que competir con otras regiones que están invirtiendo de forma agresiva en las mismas áreas de innovación', asegura este informe. 'A pesar de nuestros fuertes activos, el papel del Valle del Silicio en esta nueva onda de crecimiento e innovación no está garantizado, ya que están emergiendo una diversidad de competidores en San Diego, Boston, Washinton DC, Pensilvania, Colorado, además de otras regiones internacionales'. Para los redactores de este estudio, la clave es que se mantenga la inversión en investigación y desarrollo y que no se vayan los científicos atraídos por la última fiebre del oro .com.

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