La nueva depreciación del real dificulta una bajada de tipos en Brasil
En la reunión de hoy y mañana, el Copom discutirá por primera vez la política monetaria de Brasil bajo la presidencia de Lula y del nuevo titular del Banco Central, Henrique Meirelles. A pesar de que los tipos de interés de Brasil se encuentran entre los más elevados del mundo, en los mercados locales hay consenso de que el organismo monetario dejará intacto el nivel del 25% en el que se encuentra el tipo de referencia Selic desde el pasado mes de diciembre.
Desde octubre pasado, el Copom fue incrementando los tipos para dar garantías a los inversores de que el real no perdería posiciones ante el dólar y de que Brasil está decidido a impedir que la inflación se dispare. Desde octubre a diciembre, los tipos subieron siete puntos, pasando del 18% al 25% anual. El último incremento fue desde el 22% al 25%.
La política de apretar las tuercas monetarias buscó desalentar la presión sobre el tipo de cambio, la cual había hecho que el real se depreciase en un 40% a lo largo de 2002, hasta llegar a casi cuatro unidades por dólar. En las últimas semanas del año pasado y las dos primeras de 2003, el real brasileño recuperó posiciones hasta colocarse a 3,2 unidades por dólar. Pero en los últimos días, en particular debido al temor de un conflicto bélico en Irak, los mercados han vuelto a presionar sobre la moneda. Ayer, el dólar cotizaba a 3,42 reales.
Durante la campaña electoral, Lula afirmó que Brasil había caído en manos de 'usureros internacionales' que se aprovechaban de los siderales rendimientos del dinero, desalentando las inversiones productivas y la creación de más empresas y puestos de trabajo. Pero ahora, los analistas financieros piensan que el Gobierno tiene muy poco margen de maniobra para provocar una caída de los tipos. A su juicio, el presidente y su equipo económico deberán esperar un largo tiempo antes de cumplir su promesa de reducir el coste del dinero para estimular el resurgimiento de la economía.
Reducir el riesgo-país
En este sentido, Meirelles ratificó ayer que el Banco Central seguirá sus principios de austeridad monetaria y rígidas metas de inflación. Asimismo, aseguró que su meta es reducir el riesgo-país de Brasil a entre 200 y 400 puntos básicos, desde los 1.250 puntos actuales. Esto significa que Brasil paga por sus bonos de deuda pública 12,50 puntos porcentuales por encima de lo que rinden los bonos del Tesoro de EE UU.
Pero mientras el Gobierno insiste en esta vía ortodoxa, los tipos que el sistema financiero cobra a particulares y empresas por sus créditos provoca una limitación de la capacidad adquisitiva de la población y oficia de freno a la inversión privada. El tipo promedio para préstamos personales es de 101% anual. Para las compañías pequeñas y medianas, el coste del dinero también ha seguido en aumento en las últimas semanas y actualmente ronda un 66% anual en promedio para préstamos a 30 días.
Los industriales se quejan y aunque comprenden las necesidades del Gobierno de crear confianza, señalan que estos tipos significan la muerte cotidiana de las empresas en el país. Incluso economistas de grandes bancos reconocen que los tipos al 25% implican un hundimiento de los resultados económicos del país.