Francia se niega a cumplir la exigencia comunitaria de reducción del déficit
Los ministros de la zona euro debatieron ayer la redacción definitiva del mensaje de alerta que hoy debían enviar a Francia por la evolución de su déficit público y las condiciones que exigen a Alemania para que rebaje el suyo por debajo del 3% permitido como máximo por la Unión Europea (en 2002 se situó en 3,7%).
El ministro alemán de Economía, Hans Eichel, mostraba en Berlín, horas antes de la reunión con sus colegas de la zona euro, su disposición a adoptar medidas correctoras, pero puntualizaba que sólo dentro de lo ¢económicamente sensato¢. El PIB alemán creció sólo un 0,2% el año pasado y las previsiones para este ejercicio no auguran un crecimiento superior al 1%. La propia Comisión condiciona su exigencia de medidas correctoras a Alemania a que la actividad se recupere este año.
Bruselas ha sido mucho más dura, en cambio, con Francia, hasta el punto de considerar que sus planes presupuestarios no cumplen totalmente con los compromisos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La Comisión Europea exige que París amplíe tres décimas el recorte del 0,2% del déficit estructural previsto para este ejercicio.
El Gobierno francés no sólo se niega a aceptar ese compromiso, sino que pone reparos para conseguir el equilibrio presupuestario antes de 2007. El objetivo inicial era 2004, pero Bruselas se resignó a retrasarlo dos años ante las dificultades presupuestarias de Francia, Alemania e Italia.
La crisis económica dificulta la ejecución de políticas presupuestarias restrictivas, máxime cuando el Banco Central Europeo mantiene unos tipos de interés muy elevados, en términos reales, para Francia y Alemania. El BCE ha prometido revisar este semestre su estrategia monetaria, basada en un objetivo de inflación de sólo el 2%. El presidente de la institución, Wim Duisenberg, se reunió ayer a puerta cerrada con la Comisión Europea y la presidencia de la UE, entre especulaciones, al parecer erróneas, de que podría plantear esa revisión.
Voto en el BCE
El BCE sí presentará hoy a los ministros su propuesta para introducir en su gestión un sistema de voto rotatorio tan pronto como la zona euro cuente con 16 miembros. Entonces, sólo 15 gobernadores de los bancos centrales podrán participar alternativamente en las decisiones sobre los tipos de interés. La rotación favorecerá a los cinco países más grandes, entre ellos España, que sólo se ausentarán una vez cada cuatro turnos de voto.