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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Petróleo en la doble crisis

Los inspectores de Naciones Unidas pidieron ayer 'más tiempo' para determinar si Sadam Husein está violando la resolución que insta a Irak a desarmarse. En Francia, el presidente Jacques Chirac se mostró favorable a conceder este plazo adicional. El Gobierno turco avisó que precisa una segunda resolución de la ONU para lograr apoyo del Parlamento a una ofensiva militar contra Irak. En Washington, la Casa Blanca calificó como 'preocupante y serio' el descubrimiento en una base militar iraquí de 11 ojivas capaces de portar armas químicas. Pero el portavoz, Ari Fleischer, no se atrevió a afirmar que Irak haya incurrido en 'ruptura material' de los términos de la resolución de la ONU. El precio del petróleo, que ha subido más de un 20% desde la llegada de los inspectores a finales de noviembre, moderó su subida. Pero lo hizo sólo de forma momentánea.

Si el equipo de las Naciones Unidas logra ampliar unos meses el plazo de inspección, ello rebajaría sensiblemente la tensión en el mercado petrolero, en un momento en el que la 'doble crisis' (Irak, más la larga huelga anti-Chávez en Venezuela) está llevando los precios del crudo a niveles preocupantes para muchas economías. Empezando por la de EE UU, que cada día presenta indicadores más desalentadores.

El déficit comercial de EE UU alcanzó un nuevo récord de 40.100 millones de dólares en noviembre. La producción industrial cayó un 0,2% en diciembre, con lo cual el declive para todo 2002 fue del 0,6% (tras bajar otro 3,5% en 2001). La confianza de los consumidores descendió inesperadamente en enero, debido sobre todo a la incertidumbre sobre un enfrentamiento bélico en Irak.

Tras más de un año de campaña intensiva por parte del Gobierno de George Bush, los estadounidenses siguen sin tener del todo clara la conveniencia de atacar militarmente a Irak. Un 63% de los ciudadanos cree que el hecho de que Irak no demuestre que no tiene armas de destrucción masiva no es suficiente para justificar una invasión. Un 53% opina que Bush no ha explicado con suficiente claridad por qué es preciso recurrir a un ataque militar para derrocar a Sadam.

Todos los analistas, empezando por los gobernadores de la Reserva Federal, avisan que la amenaza de guerra con Irak está dañando las perspectivas económicas del país. La progresiva debilidad del dólar puede ayudar a elevar las exportaciones, pero al mismo tiempo encarece las importaciones (el coste del petróleo importado por EE UU subió un 7,4% en diciembre) y hace menos atractivas las inversiones en activos estadounidenses, con la consiguiente amenaza a la ya desequilibrada balanza por cuenta corriente de EE UU.

Bush debe sopesar, pues, con mucho cuidado si puede permitirse el lujo de seguir elevando la tensión en Irak o le conviene esperar a que se resuelva la crisis petrolera en Venezuela.

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