Microsoft desvelará a algunos Gobiernos sus códigos fuente
Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han aceptado participar en el proyecto que ha anunciado Microsoft para compartir con las Administraciones públicas de todo el mundo los secretos de la programación de su célebre sistema operativo Windows, los llamados códigos fuente, que la compañía de Bill Gates ha defendido con tanto celo.
Microsoft anunció ayer que este proyecto, llamado Programa para la Seguridad de los Gobiernos (GSP, según sus siglas en inglés), permitirá en breve a 10 países el acceso a los códigos fuente de las versiones más actuales de su sistema operativo, tanto en sus aplicaciones para usuarios (Windows 2000 y XP) y para telefonía móvil (Windows CE) como en su versión inédita para servidores, que prevé lanzar a finales de 2003. El director de tecnología y vicepresidente para estrategias y políticas avanzadas en Microsoft, Craig Mundie, señaló que se mantienen conversaciones con otras Administraciones interesadas.
La idea es que los Gobiernos puedan mejorar a su gusto la seguridad de sus sistemas informáticos mediante el conocimiento directo de la arquitectura de la aplicación mediante una herramienta de revisión de los códigos fuente de Windows. Esta herramienta, que proporciona la compañía, está 'sujeta a ciertas restricciones de licencias', según reconoce Microsoft, por lo que la programación de Windows no se convertirá en una fuente completamente abierta o gratuita, como, entre otros, ofrece Linux.
De esta manera, y según detalló Craig Mundie, los Gobiernos podrán 'evaluar la seguridad y la integridad' de los productos de la compañía e incluso utilizar los códigos para construir sus plataformas; consultar la documentación de seguridad de Microsoft, que hasta ahora se había negado a compartir; visitar sus instalaciones en Redmon (Estados Unidos); hablar con los desarrolladores del software y ejecutar sus propias pruebas sobre el código.
La compañía señaló en un comunicado que esta iniciativa 'pretende satisfacer los requerimientos específicos de los Gobiernos en seguridad informática'. Boris Girichez, que firmó el acuerdo de Microsoft en nombre del Gobierno ruso, señaló: 'La imposibilidad de acceder al código fuente ni a otra información técnica, así como la falta de oportunidades para sellar una alianza, limitaban el deseo de la Federación Rusa de utilizar los productos de Microsoft'.
No obstante, el gigante de Silicon Valley demostró ya el año pasado un giro de su política comercial a finales del año pasado en Japón. El 27 de noviembre de 2002, Microsoft anunció su disposición a que el Gobierno japonés examinara el código fuente de Windows a fin de salvar las objeciones de seguridad que éste tenía para decidirse a instalarlo en su plataforma electrónica.
La competencia del software gratuito
La decisión de Microsoft de desvelar la información técnica básica de su sistema operativo no llega sin presiones. Desde hace dos años, diversos Gobiernos en todo el mundo se han planteado seriamente legislar para prohibir cualquier gasto público en aplicaciones informáticas básicas que cobren derechos de propiedad, como es el caso de Windows, a no ser que no haya otra alternativa. Esta política, de la que Brasil fue el primer abanderado, está fundamentalmente defendida por los Gobiernos de los países con más limitación presupuestaria. Buen ejemplo de ello es que IBM consiguió firmar en junio del año pasado un acuerdo con el Gobierno alemán para diseñarles aplicaciones basadas en el sistema operativo Linux, que representa a los sistemas operativos gratuitos, cuyos códigos fuente son de acceso público y susceptibles de ser copiados o modificados. Frente a esta filosofía de fuente abierta, Microsoft defiende desde el año 2000 el sistema de fuente compartida, mediante el que se reserva el derecho de revelar parte de la información técnica básica a determinadas empresas o instituciones de investigación y educativas.