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Automoción

Peugeot elige Eslovaquia para una nueva fábrica que competirá con la de Madrid

La nueva fábrica de PSA estará en Trnava, a 45 kilómetros de la capital eslovaca, Bratislava, y tendrá capacidad para producir a partir de 2006 unos 300.000 vehículos anuales pertenecientes a la plataforma 1, es decir, utilitarios del tamaño del actual C3.

Se trata del segundo proyecto simultáneo que PSA acomete en Europa del Este. Desde el pasado mes de abril, se construye en la ciudad checa de Kolin una fábrica que producirá otros 300.000 coches al año, de un tipo más pequeño que el anterior, con las marcas Peugeot, Citroën y Toyota. Entre el grupo francés y su aliado japonés invertirán 1.500 millones.

Las nuevas fábricas servirán para asumir un aumento de la producción, y no significarán recortes en las plantas españolas, afirmó un portavoz del grupo en París. PSA se ha propuesto alcanzar una producción de cuatro millones de vehículos en 2006, frente a 3,25 millones el año pasado.

Esto significa que a los centros españoles de PSA les surge un nuevo competidor a la hora de pujar por adjudicarse nuevos modelos en el grupo. Actualmente Vigo es el mayor centro de montaje de todo el grupo, con 480.000 vehículos anuales del Xsara Picasso y las furgonetas Partner, Berlingo y C15. En el barrio madrileño de Villaverde se montan unas 150.000 unidades anuales de los modelos Xsara, C3 y, en exclusiva, el Pluriel. El anuncio de que en Eslovaquia se montará al sucesor del actual C3 ha despertado inquietud en la planta madrileña. Ese modelo se fabrica también en Aulnay (Francia).

'Nos aseguran, tanto la empresa como la Comunidad de Madrid, que cuentan con Villaverde pero lógicamente este anuncio genera alguna preocupación, porque van a hacer en Eslovaquia coches como los que hacemos nosotros', afirma Francisco Hernández Monsalvo, responsable de UGT en la fábrica.

Como señales tranquilizadoras por parte de la empresa, se ha iniciado el proceso para implantar en el centro un tercer turno de trabajo, con unos 700 trabajadores, a partir de marzo. Y está prevista una inversión cercana a los 250 millones de euros en nuevas instalaciones de pintura necesarias en 2007.

PSA se suma así a la oleada de inversiones de la industria europea del automóvil en los países ex comunistas candidatos a ingresar en la UE, que ofrecen bajos costes salariales, ventajas logísticas por su cercanía al gran mercado alemán y ayudas de Estado de hasta el 30% de la inversión, autorizadas por Bruselas. Peugeot Citroën es el segundo fabricante europeo de automóviles, con un 15% del mercado occidental, y aspira a alcanzar esa misma cuota en la parte oriental.

'Para la industria, Europa del Este es menos aventura que China, Argentina o Brasil', opina José Antonio Bueno, experto en automóvil de la consultora Roland Berger. En su opinión, estos países ofrecen ahora el mismo atractivo que tuvo España en los años sesenta para los fabricantes, con la garantía de que tenderán a la convergencia con la UE, lo que augura un mercado regional muy dinámico.

También en Eslovaquia, este mismo mes comienza a montarse en la fábrica de Volkswagen en Bratislava -un antiguo centro de Skoda reconvertido en 1995- el Seat Ibiza, que hasta ahora sólo se montaba en Martorell (Barcelona). El volumen previsto en el centro eslovaco, de unas 20.000 unidades anuales, es el 10% de la producción de este modelo. Bratislava también compite con la fábrica de VW en Pamplona por el reparto de producción del Polo.

Tanto Volskwagen como BMW y Porsche han coincidido en elegir la antigua Alemania del Este, que arrastra altos índices de paro, para sus nuevas instalaciones, que estarán en Leipzig y Dresden.

El fabricante británico MG Rover hizo el pasado octubre una oferta para quedarse con la fábrica de Daewoo en Varsovia, que fue excluida del plan de reflotamiento de la marca coreana y dejará de montar sus modelos en dos años. MG Rover quiere llevar allí la producción de su modelo medio, el R45, para huir de los altos costes productivos en el Reino Unido.

Renault tiene planes para expandirse a partir de 2004 en toda la Europa oriental, incluida Rusia, con un coche popular que, a un precio de 5.000 euros, saldrá de la fábrica de Dacia, la marca rumana que adquirió en 1999.

Y, como ha hecho PSA, Toyota busca ubicación para la que sería su cuarta planta en Europa. La multinacional japonesa anunció que no descarta ningún emplazamiento, incluida España, pero los expertos apuestan a que se decidirá, también, un lugar al este del viejo telón de acero.

Una carrera abierta con la caída del Muro

Las inversiones de los fabricantes de coches en Europa oriental fueron excepcionales durante la guerra fría. Renault empezó en 1973 a montar el R4 en Novo Mesto (Eslovenia, entonces parte de Yugoslavia). La firma francesa mantiene esa inversión, que le sirve para dominar el mercado local. También fue en los años setenta cuando Fiat decidió producir en Polonia, donde tiene dos plantas, y en Rusia. El derrumbe de los regímenes comunistas y la caída del Muro de Berlín en 1989 supuso el pistoletazo de salida para la industria alemana de automoción. En 1990 Volkswagen compró Skoda, fabricante checoslovaco de automóviles sometido a una rápida modernización. Además, el consorcio con sede en Wolfsburg -a sólo unos kilómetros de la antigua RDA- abrió en 1993 fábricas en Poznan (Polonia) y Gyor (Hungría), y en 1998 en Sarajevo (Bosnia), desolada por la guerra. Opel se instaló en Eisenach, en Alemania oriental, en 1990. Ese mismo año abrió una planta de componentes en Szentgotthard (Hungría) que colabora con el otro fabricante en ese país, Suzuki. Otra fábrica de Opel fue instalada en 1998 en Gliwice (Polonia).

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