_
_
_
_
Internacional

El plan fiscal de Bush será negociado a la baja en el Congreso por la fuerte oposición

El plan de estímulo fiscal que el presidente de Estados Unidos, George Bush, presentó la semana pasada en Chicago puede quedarse por debajo de su objetivo inicial.

El motivo es que muchos de los demócratas que hace dos años dieron su voto para los primeros recortes de impuestos han expresado ya su negativa a aprobar éstos por considerar que el recorte fiscal de 374.000 millones por la eliminación de dividendos favorece a una pequeña y afortunada clase social. Bush necesita 10 votos demócratas en el Senado, pero adicionalmente necesita todos los del partido republicano, en el que ya se abren brechas.

Para Susan Collins, senadora republicana por Maine, 'el paquete en general merece escrutinio'. Collins quiere más recortes de impuestos para los más desfavorecidos y más ayuda a los Estados, muchos de ellos con elevados números rojos en los presupuestos. La debilidad de los Estados es uno de los problemas mayores del país. Maury Harris, jefe de análisis de UBS, asegura que el plan de Bush no elimina 'el potencial peligro que los déficit estatales y locales suponen'. El influyente senador John McCain, quien votó en contra de los recortes de 2001, ha atacado el plan desde su presentación.

El líder de la mayoría republicana en el Congreso, Tom DeLay, ha dicho que este plan, cuyo coste en la próxima década es de 674.000 millones 'es una base para empezar a hablar y no un techo'. Faltan por diseñar muchas de las provisiones de la eliminación de los impuestos sobre dividendos, cuyos detalles no están perfilados. En esta redacción se espera que empiecen las negociaciones.

Además de la campaña política, muchas empresas, como las tecnológicas que no suelen dar dividendos, se mueven para conseguir que no se elimine totalmente el impuesto y que los estímulos fiscales se enfoquen con más énfasis en la inversión empresarial.

Con todas estas incertidumbres, Goldman Sachs asegura que no se llegará a producir un efecto fiscal de 102.000 millones de dólares en 2003, sino que se quedará entre 50.000 y 75.000 millones. Harris, de UBS, es escéptico sobre el éxito de las propuestas de Bush y comenta en su último informe que más de la mitad de los beneficios de la eliminación del impuesto en dividendos recaerá sobre contribuyentes con ingresos de más de 200.000 dólares anuales. 'La mayoría de ellos tienen una alta tasa de ahorro y puede que parte de lo que gasten lo destinen a importaciones lo que hará poco como estímulo si excluimos el potencial sobre los mercados'. Harris espera un recorte en el paquete fiscal.

Una de las implicaciones de este estímulo es que favorecerá el mercado de acciones frente al de bonos, incluidos los del Tesoro, lo que complica la financiación del Estado a largo plazo.

Sin embargo, Ethan Harris, de Lehman Brothers, rebaja este peligro haciendo notar que incluso la Administración ha rebajado el impacto 'del 20% del mercado que se esperaba y lo ha dejado entre un 7% y un 10%'.

En opinión de Harris, con la incertidumbre bélica en el horizonte, es muy difícil ver ahora un mercado bajista en bonos y claramente alcista en Bolsa.

Más información

Archivado En

_
_