El enviado de EE UU pide diálogo para aliviar la crisis con Corea del Norte
El gobernador del Estado de Nuevo México, Bill Richardson, llegó ayer a Seúl para intentar aliviar la tensión nuclear con Corea del Norte. A su llegada a la capital surcoreana tras nueve horas de viaje, Richardson pidió al Gobierno de George W. Bush que abriera una ronda de diálogo con el régimen de Pyongyang.
'Lo que creo que debe hacer la Administración, con todo el respeto debido, es simplemente coger el teléfono, comenzar las conversaciones preliminares en la sede de las Naciones Unidas a bajo nivel y preparar así negociaciones más amplias', aseguró Richardson, un ex diplomático afiliado al Partido Demócrata.
El enviado estadounidense se reunió con Hang Sol Ryol, un alto representante de la delegación norcoreana en la ONU. Richardson ha reafirmado su convencimiento de que el régimen dirigido por Kim Jong Il no tiene intención de fabricar armamento nuclear.
De hecho, el régimen de Pyongyang asegura que su 'pretendido' reconocimiento de poseer un programa de desarrollo nuclear es una 'manipulación' de Washington para justificar una invasión.
Durante este fin de semana se ha producido una escalada de tensión entre Corea del Norte y EE UU. Ayer mismo, el régimen de Pyongyang amenazó a Washington con hacer desaparecer al pueblo estadounidense 'bajo un mar de fuego'.
æpermil;sta sólo ha sido la última de las advertencias lanzadas por Corea del Norte, apenas tres días después de haber abandonado el Tratado de Proliferación de Armas Nucleares y de haber roto con la moratoria de ensayos de misiles balísticos. El sábado, además, Kim Jong Il atemorizó a la comunidad internacional al afirmar su disposición a usar armas nucleares si Corea se siente amenazada por EE UU.
Ayer se multiplicaron, además, las iniciativas diplomáticas. El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, aseguró que es importante que se 'trabaje con determinación con Corea para llegar a una solución pacífica'. Koizumi se entrevistó el fin de semana con el presidente ruso, Vladimir Putin.
El Gobierno ruso, por su parte, ha propuesto que se asegure 'un estatus de zona sin armas atómicas para la península coreana, que obligue a las partes implicadas a respetar los acuerdos internacionales vigentes, incluido el Acuerdo Marco de 1994', según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Alexánder Yakovenko. Ese acatamiento 'atañe en primer lugar' a Pyongyang.