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Tensión

EE UU descarta atacar Corea del Norte pese al despliegue militar en la frontera

Estados Unidos descarta atacar Corea del Norte pese al despliegue de armas en la frontera desmilitarizada con el Sur. La Casa Blanca prefiere recurrir a presiones diplomáticas y económicas para persuadir a este país de que abandone su programa nuclear. Mientras, el régimen de Kim Jong Il culpa a EE UU de la escalada de tensión en la zona y se declara a favor de una solución pacífica al conflicto.

EE UU ha elegido una política de 'contención a medida' hacia Corea del Norte, que proclama su decisión de seguir adelante con su programa nuclear. El Gobierno de George Bush no planea un ataque contra Corea del Norte y está decidido a negociar durante unos meses por la vía diplomática para tratar de persuadir a Pyongyang de que abandone su programa de armamento nuclear, según señaló ayer el Secretario de Estado estadounidense, Colin Powell.

'No estamos planeando un ataque preventivo', dijo a una cadena de televisión estadounidense. 'EE UU tiene un amplio abanico de capacidades políticas, económicas, diplomáticas y, sí, también militares. Pero no estamos tratando de crear un ambiente de conflicto amenazando a Corea del Norte', afirmó.

Sobre el programa nuclear de Pyongyang, dijo que 'no es una crisis' aunque reconoció que 'es motivo de preocupación'. 'Tenemos todas las opciones abiertas', añadió.

Advertencia velada

Fuentes de la Administración aseguran que Bush y sus asesores han diseñado una 'política de contención a la medida' para Corea del Norte que busca el respaldo de los aliados de Washington en la región, Japón y Corea del Sur, y de China y Rusia. Sin embargo, según ha publicado The New York Times, la Casa Blanca tiene preparado un amplio programa destinado a aumentar la presión política y financiera sobre el régimen de Kim Jong Il si no abandona su proyecto nuclear.

El último régimen estalinista del mundo está poniendo en jaque a la Administración de George Bush, que tiene en ciernes una campaña militar contra Irak. Ayer acusó a EE UU de incitar la escalada de la tensión en la península coreana en estas últimas semanas y reiteró su voluntad de hallar una solución pacífica al conflicto nuclear.

En los últimos días, Corea del Norte ha desplegado armamento en la zona desmilitarizada que le separa de Corea del Sur, lo que supone la violación del armisticio de 1953. Pese al mensaje a priori pacifista, también ha lanzado una amenaza velada: en la medida en que EE UU aumente su presión, Corea del Norte también reforzará sus respuestas 'para defender el orgullo e independencia del pueblo norcoreano', según recoge un editorial del órgano oficial de prensa norcoreano Rodong Shinmun que difundió la agencia surcoreana.

Según el editorial, Pyongyang retiró los precintos y cámaras de vigilancia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para poner en marcha sus centrales nucleares en respuesta a la suspensión que EE UU hizo del envío de petróleo a Corea del Norte. El régimen estalinista ha decretado la expulsión de los inspectores de la AIEA para el próximo martes.

Washington cortó el suministro a este régimen en castigo por haber mantenido en secreto un programa de desarrollo de enriquecimiento de uranio, en violación del acuerdo de 1994 por el que Corea del Norte prometió abandonar sus planes nucleares.

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