Las 'telecos' recuperan 86.500 millones de valor bursátil desde los mínimos anuales
Tercer año negro para las principales representantes de la telefonía europea. Las protagonistas de la formación y estallido de la burbuja tecnológica han cerrado el ejercicio que hoy termina con el peor registro desde el inicio de la crisis. El desplome bursátil acumulado en 2002 por el índice europeo de telecos es del 38,8%, una cifra que supera la caída del 37,2% de 2000 y queda muy lejos de las pérdidas del 30,36% registradas el año pasado.
Las telefónicas han dado este ejercicio muchas razones para esta sangría bursátiles. Entre las históricas, sólo Telecom Italia, BT y Sonera se libran de los números rojos en la última línea de la cuenta de resultados y las pérdidas de sus compañeras de sector sólo dejan de ser históricas cuando publican las del trimestre siguiente. Las provisiones por depreciación de activos comprados a precios de burbuja y para cubrir la retirada de países y negocios que ya no se consideran rentables han disparado el déficit de las operadoras. France Télécom perderá este año unos 20.000 millones de euros y Deutsche Telekom ya va por los 24.500 millones, a falta todavía de un trimestre. Estos números, además, llegan cuando el gran enemigo del sector, la deuda, sigue siendo la asignatura pendiente y deja a las telecos como una de las industrias más endeudadas del mundo.
Y, sin embargo, entre tanto número rojo el comportamiento en Bolsa de las telefónicas en el último trimestre invita al optimismo y la recuperación desde los mínimos anuales, muchos de los cuales se produjeron a finales de septiembre, supera el 15% en todos los casos, salvo en el de Telecom Italia, la menos castigada durante la crisis. En total, las ocho principales operadoras del Viejo Continente -Vodafone, Telecom Italia, Deutsche Telekom, Telefónica, BT; France Télécom, KPN y Sonera- han sumado 86.500 millones de euros de capitalización bursátil desde sus mínimos de 2002 y cierran el año con un valor en Bolsa conjunto de 325.664 millones.
Estos registros son fruto de la confianza que parecen estar dando los inversores a los nuevos gestores y a los planes de choque de las compañías, que se multiplican en número y en rigor. A la cabeza de todos ellos está France Télécom, que ha recuperado un 148% en Bolsa desde su mínimo de finales de septiembre.
La operadora estatal gala se gastó 106.300 millones de euros en 18 meses comprando empresas y licencias en plena efervescencia y pagó el 80% en efectivo, para no diluir el capital del Estado. El resultado de esta estrategia es una deuda de 70.000 millones de euros, de los cuales 15.000 millones vencen a partir de mañana, y una caída bursátil desde máximos del 92,36%. Pero el despido de Michel Bon y el nombramiento de Thierry Breton han dado un respiro a los inversores, que han respaldado con compras en el valor el anuncio de medidas de capitalización y de drásticas reducciones de costes.
Menos espectacular, pero más continuada en el tiempo, es la recuperación de Deutsche Telekom. La operadora alemana inició el camino ascendente a finales de junio, cuando ya se daba por hecha la salida del presidente, Ron Sommer. El nombramiento de su sustituto, a mediados de noviembre, propició una nueva escalada, que se complementó con los anuncios de venta de activos y de 55.000 despidos hasta 2005.
La operadora alemana, la segunda del sector europeo más endeudada -unos 64.000 millones de euros- ha recuperado, por tanto, un 50,49% desde sus mínimos del ejercicio y se convierte en la cuarta con mejor evolución en el último tramo del año.
Cambios recientes
Otra compañía con cambio de gestor en el horizonte se sitúa entre las de mejor evolución en la recuperación. Vodafone gana un 43,77% desde los registros más bajos del año que, en su caso, se registraron en julio. El anuncio de la retirada de Chris Gent, sin embargo, no ha sido el detonante de la subida, que retomó con fuerza en octubre y que se ha ido debilitando, precisamente, en los últimos días, coincidiendo con el recambio en la directiva.
Las compañías que menos han disfrutado del repunte de fin de año son las que no han hecho cambios recientes, como Telefónica o Telecom Italia, o las que los adelantaron más en el tiempo, como BT. Todas ellas, sin embargo, han avanzado posiciones con respecto a sus mínimos, con ganancias que oscilan entre el 25,95% de BT y el 3,98% de Telecom Italia.
Con todo, estas cifras no logran enmascarar la profundidad de la crisis del sector. Sólo KPN cierra el año por encima del nivel en que lo empezó y las caídas de France Télécom, Deutsche Telekom y Telefónica en 2002 ascienden a un 62,72%, un 36,53% y un 40,95%, respectivamente.
En este escenario, los 86.500 millones de euros de capitalización recuperados desde los mínimos de este año se quedan en nada si se comparan con los 1,1 billones de euros que han perdido las ocho principales representantes del sector desde sus máximos de 2000.
La racionalidad se impone en la cotización de Jazztel
El espejismo no ha durado demasiado. Tal y como estaba previsto, las acciones de Jazztel comenzaron el pasado lunes un desplome que se repitió el viernes, continuó ayer y seguirá a lo largo de las próximas sesiones. La caída acumulada en estas tres sesiones es del 58,59% y deja el precio de los títulos en 0,53 euros.El drástico recorte es sólo el principio del efecto que tiene la admisión a cotización de 457 millones de nuevas acciones, que se han canjeado por los bonos de alta rentabilidad que tenía la operadora española y que, antes de la operación, estaban valorados en 79,9 millones de euros. La emisión de los títulos se produjo el 2 de diciembre, pero la cotización de la telefónica no empezó el ajuste hasta hace una semana. Incluso después del desplome de las tres últimas sesiones, la capitalización bursátil de Jazztel está en 274,3 millones de euros, lo que todavía da oportunidad a los antiguos bonistas para hacer plusvalías con la venta de títulos. Porque lo único que está protegiendo a Jazztel de una caída más fuerte -que es lo mismo que ha retrasado el desplome- es que los bonistas todavía no tienen sus títulos. Para evitar estrangulamientos, la operadora española ha establecido unos mecanismos de restricción de venta, que sólo permite a los bonistas deshacerse de los títulos por cuartos y en fechas determinadas. La primera de ellas, en la que se liberarán el 25% de las acciones, es el 2 de enero, de donde se deduce que las caídas de estos días no son ventas directas de los antiguos tenedores de deuda. Los bonistas no tendrán en sus manos todas las acciones hasta el 1 de abril, cuando se libere el último 25% de su capital. Para entonces, y si los accionistas dan su visto bueno, Jazztel habrá aprobado un contrasplit de 10 acciones por una, con el objetivo cierto de reducir el número de títulos y el incierto de hacer bien a la cotización.