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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La crisis más larga en Bolsa

Las principales Bolsas del mundo cerrarán 2002 con fuertes pérdidas. La peor parada será la alemana, con descensos del 44% al cierre de ayer, seguida por la francesa, con el 34,87%. La española se deja un 27,5%. Los mercados estadounidenses retroceden un 23% en el caso del S&P 500, que ha sustituido al histórico Dow Jones como gran índice de referencia, a la vez que el tecnológico Nasdaq desciende un 30,43%. Las Bolsas encadenan, así, su tercera caída anual consecutiva, algo que en el caso de Wall Street no sucedía desde hace 60 años. Es la primera vez también que el Nasdaq acumula una serie tan negativa desde que fuera creado.

La crisis bursátil, que comenzó con el estallido de la burbuja tecnológica en marzo de 2000, es la más persistente de la historia reciente. Además ha dejado sin contenido series estadísticas muy seguidas por los profesionales del mercado. Desde la Segunda Guerra Mundial, cada vez que el S&P 500 caía un 15% durante tres meses seguidos, que es lo que pasó de julio a septiembre, se recuperaba con fuerza en los siguientes periodos de 3, 6, 12 y 24 meses. En esta ocasión, el rebote sólo duró 2 meses. Para observar una situación similar a la actual hay que remontarse al periodo comprendido entre 1929 y 1940, en el que se sucedieron 11 episodios bajistas similares a los del verano. En seis de esas ocasiones las pérdidas fueron más pronunciadas un año después.

Hay razones que explican esta grave crisis de las Bolsas. En 2002 se han conjurado en su contra los beneficios decrecientes de las empresas, la debilidad de la economía, la incertidumbre derivada de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y la nueva tensión bélica generada contra Irak y Corea del Norte. Fruto de ellas son el alza continuada del precio del petróleo, los desajustes monetarios avivados en las últimas semanas, las bancarrotas históricas de multinacionales estadounidenses, los fraudes contables masivos, el desinterés de las autoridades estadounidenses y europeas por el control de los déficit presupuestarios, la suspensión de pagos de Argentina y el temor de contagio a los países de la zona.

Urge ahora proyectar estrategias y diseñar actuaciones para el próximo año. Los analistas, a diferencia de ciclos anteriores, comienzan a mostrarse remisos a la hora de publicar sus previsiones, porque, entre otras cosas, quienes en 2002 han seguido sus recomendaciones han visto cómo mermaban sensiblemente sus inversiones. Pese a los mensajes optimistas, gran parte de las situaciones que han provocado la caída de las Bolsas en los últimos tres años siguen vigentes. Los especialistas consideran que los mercados europeos constituyen una buena opción, porque están infravalorados en relación con los estadounidenses. Admiten, no obstante, que la demostrada capacidad de contagio de Wall Street, principalmente en situaciones bajistas, les resta buena parte de su atractivo.

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