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Deuda

Brasil supera con creces el superávit fiscal primario prometido al FMI

Mantega, uno de los principales economistas del PT, se une así al designado ministro de Finanzas, Antonio Palocci, y al nuevo presidente del Banco Central, Henrique Meirelles. De esta manera y tal como se había adelantado en círculos del partido, dos hombres cercanos a Lula controlarán la política económica del próximo Gobierno, pero el Banco Central adquirirá una mayor autonomía bajo la dirección de un ex presidente mundial del Bank Boston, en una clara señal de garantía hacia los inversores financieros.

Mantega, al igual que Palocci, ha evolucionado de posiciones izquierdistas a otras muy moderadas. El nuevo ministro de Planificación y Presupuesto es un economista de la Fundación Getulio Vargas, de São Paulo, y ha sido uno de los coordinadores del PT para la elaboración del programa de gobierno y uno de los principales portavoces del partido en cuestiones económicas. Por otra parte, se esperaba que Lula anunciase anoche el nombre de los restantes ministros de su futuro Gabinete.

Cuentas saneadas

Por otra parte, los últimos datos de las cuentas fiscales de Brasil han reforzado la visión optimista sobre el futuro inmediato de la economía del país. Y, sobre todo, de las buenas relaciones del próximo Gobierno con el FMI.

En los primeros 11 meses de este año, el superávit fiscal primario acumulado ha sido de 57.070 millones de reales (unos 16.300 millones de euros), una cifra que equivale al 4,82% del producto interior bruto (PIB). Este resultado supera ampliamente el del mismo periodo del año pasado, cuando el sector público registró un superávit primario de 46.600 millones de reales (13.300 millones de euros), o el 4,35% del PIB.

El superávit primario es la principal meta del programa vigente entre Brasil y el Fondo Monetario, y está fijado en un 3,88% del PIB para 2002, por lo que es ya seguro que el país superará ampliamente el objetivo comprometido con el FMI para este año.

Asimismo, los datos fiscales revelados hoy por el Gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso muestran que Lula comenzará su Gobierno con una deuda pública interna equivalente al 56,5% del PIB, una cifra realmente abultada. Pero si se suma el monto de la deuda externa, pública y privada, ese porcentaje se eleva a más del 90% del producto interno del país.

Por el momento, sin embargo, el cumplimiento en exceso del superávit primario le dará al nuevo presidente una tranquilidad y un margen de maniobra mayor en sus primeros meses de gobierno, que serán, sin duda, decisivos a la hora de valorar las posibilidades de éxito del líder del PT.

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