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Crónica de Manhattan

Más de cuatro disculpas

En 1948 Strom Thurmond presentó su candidatura a la presidencia del Gobierno de EE UU defendiendo el apartheid que imperaba en la sociedad americana en aquellos años. Pero no ganó y con el tiempo, el que abogaba por mantener, por ejemplo, la ilegalidad de matrimonios interraciales acabó mandando a su hija a un colegio al que asistían niños negros con niños blancos. Pero no todo está olvidado. Cuando hace unos días se celebró el centenario del nacimiento del ahora senador, el futuro líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, el senador por Misisipí, Trent Lott, no pudo evitar decir que cuando Thurmond era candidato 'votamos por él. Estamos orgullosos. Y si el resto del país hubiera seguido nuestro camino, tampoco hubiéramos tenido todos esos problemas en todos estos años'.

Las nostálgicas palabras de Lott han tenido la fuerza de un maremoto en un país en el que las leyes segregacionistas de Jim Crow estuvieron vigentes hasta los años sesenta. Y la gran ola no deja de crecer. El senador se ha disculpado cuatro veces hasta el viernes pasado. La primera vez admitió haber 'escogido una pobre selección de palabras' y que sus 'terribles e insensibles' comentarios eran sólo un gesto de afecto a Thurmond.

La última disculpa, fue televisada en horario de máxima audiencia y su discurso publicado integramente en varios diarios. Tan aparatosa puesta en escena era necesaria tras las palabras del presidente George Bush el pasado jueves en la Casa Blanca. 'Cualquier sugerencia de que nuestro pasado segregacionista fue aceptable o positivo es ofensivo y equivocado', dijo. Que el próximo líder de su partido en el Senado haga semejantes afirmaciones puede causar un gran daño electoral a Bush quien en las elecciones de 2000 recibió un 9% del voto negro y busca popularidad entre las minorías.

Demócratas, asociaciones de derechos civiles y también compañeros del Partido Republicano han criticado duramente a Lott. Sin embargo, ni su jefe le ha pedido que pase el testigo del liderazgo en la Cámara ni él ha dado muchas muestras de querer hacerlo. Las disculpas, los perdones, han sido bien recibidos pero incluso en su partido creen que es tiempo de dimisiones sobre todo porque examinando el curriculo de Lott, los americanos empiezan a entender su comentario

Y es que no es la primera vez que da muestras de su poca cintura con minorías. En las últimas décadas, Lott ha tenido deslices como éste y en 1992 hizo un discurso a favor del Concil of Conservative Citizens, un grupo en cuya página en Internet ondea una bandera confederada y el anuncio de un libro en el que se explica por qué Martin Luther King no merecía ser recordado con un día festivo, algo a lo que Lott se opuso con su voto en 1983. En el Congreso se le recuerda votando contra legislaciones de normalización racial y según la revista Time, en la Universidad de Misisipí, Lott se encargó que en su fraternidad no entraran estudiantes negros.

Su última disculpa estaba llena de humildad: 'Pido perdón por abrir una vieja herida. Me hago totalmente responsable de mis palabras'. 'Solo espero', continuaba Lott, 'que la gente encuentre en su corazón el perdón para mi error'. El perdón puede venir, pero no hay liderazgo sin confianza y Lott ha erosionado la que los intransigentes con las discriminaciones puedan tener en su gestión como líder republicano en el Senado y en última instancia en su partido, que es el del presidente.

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