Alemania estudia crear un impuesto con ventajas para los evasores fiscales
La dirección del Partido Socialdemócrata (SPD) que preside el canciller alemán, Gerhard Schroeder, se reúne hoy en Berlín para debatir la posible introducción de un nuevo impuesto sobre los intereses, para atraer a Alemania a quienes tengan dinero negro (oculto fiscalmente) en el extranjero, sin penalizarlos.
El nuevo gravamen, que aún no ha sido anunciado oficialmente pero que ya ha encontrado apoyos incluso en la oposición conservadora y liberal, podría significar el fin de la tensa discusión entre Schroeder y algunos de sus líderes regionales, partidarios de reintroducir en el impuesto sobre el patrimonio.
Ante la necesidad de aumentar la recaudación fiscal para financiar los crecientes gastos, los primeros ministros de los estados federados de Renania del Norte-Westfalia y de Baja Sajonia, Peer Steinbrück y Sigmar Gabriel, respectivamente, propusieron reintroducir el citado gravamen patrimonial. Schroeder se opuso a esa iniciativa, que se sumaría a otras impopulares medidas de urgencia aprobadas tras su reelección para hacer frente a los problemas presupuestarios. El debate sobre la reimplantación del impuesto sobre el patrimonio -abolido en Alemania en 1997- provocó fuertes tensiones en el SPD, y en la reunión de su Ejecutiva el pasado lunes, Schroeder llegó a amenazar con su dimisión si alguno de sus correligionarios se creía capaz de hacerlo mejor. Así, como alternativa al del patrimonio, el nuevo impuesto sobre los intereses contaría entre sus objetivos que quienes tengan grandes cantidades de dinero negro en paraísos fiscales lo devuelvan a Alemania.
La introducción de esa tasa llevaría consigo una amnistía para esos 'pecadores' fiscales, que en total podrían haber acumulado en el extranjero hasta 400.000 millones de euros, según calcula el semanario Der Spiegel en su edición de hoy. Esa publicación describe el nuevo impuesto, que se aplicaría con una cuota unitaria del 25%, como un 'instrumento contra la fuga de capitales'.
A la estela de Berlusconi
La idea de recurrir a la repatriación de dinero negro para elevar la recaudación fiscal no es nueva en el Viejo Continente. Los Presupuestos italianos para 2003 incluirán hasta doce condonaciones por evasión de impuestos e impago de tasas, según ha acordado el Gobierno de Silvio Berlusconi.
Las condonaciones, que sólo obligan a pagar una pequeña parte de lo defradudado, afectan a casi todos los tributos, incluido el IVA. La medida se dirige a una bolsa defraude cercana a 8.000 millones de euros.