Los ojos puestos en China
La apertura del mercado, la entrada en la OMC, las Olimpiadas de 2008 y la Expo de 2010 ponen de manifiesto los cambios que está viviendo China y el potencial que tiene a medio plazo
A estas alturas de la película casi nadie duda ya de que China está llamada a ser una de las grandes superpotencias económicas en los próximos años. Con un ritmo de crecimiento de más del 7% anual, el enorme país asiático, con más de 1.200 millones de habitantes, está dando de que hablar, tanto por el proceso de liberalización económica que ha puesto en marcha el Partido Comunista Chino (PCCh), como por los acontecimientos que están permitiendo a China abrirse a la comunidad internacional: la entrada en la Organización Mundial del Comercio, la elección de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos de 2008, y la de Shanghai para albergar la exposición universal de 2010. Todos estos acontecimientos, aunque en algunos casos puntuales, permitirán un aumento considerable de la inversión en el país en los próximos años.
'El clima político en China ha mejorado', aseguran los expertos de BNP Paribas, quienes en un informe reciente añaden, a los hechos ya referidos, la mejora de las relaciones con Taiwan. Los cambios que se están produciendo en China están atrayendo la mirada de numerosas gestoras de fondos, muchas de las cuales llevan ya tiempo invirtiendo en acciones de compañías del país, bien a través de la Bolsa de Hong Kong, bien a través de mercados de valores propiamente chinos, con acciones B, las que cotizan en dólares y están destinadas a los inversores extranjeros.
Recientemente el Gobierno chino, prosiguiendo con la apertura económica, ha abierto los mercados de acciones A de Shanghai y Shenzen a los inversores extranjeros. Estas acciones cotizan en renimbi, la moneda local, y estaban dirigidas hasta ahora exclusivamente a la población china. 'Abrir el mercado y liberalizarlo es bueno, pero hay que ser conscientes de que se trata de un mercado nuevo que cotiza en moneda local: ello puede dar mayores beneficios, pero conlleva mucho más riesgo que invertir en Hong Kong', sostiene Ramón Pereira, director para España de Franklin Templeton.
Para este experto, los acontecimientos puntuales en torno a China de los últimos meses no han cambiado en absoluto su punto de vista sobre el potencial del país. 'No hay nada que nos vaya a abrir los ojos ahora', apunta Pereira. 'Llevamos muchos años presentes en China y sabemos que hay mucho potencial en el país y que seguirá habiéndolo'.
Políticamente, además, el último congreso del PCCh se ha saldado con un cambio generacional en la cúpula del partido, que tiene intención de mantener y aumentar las políticas liberalizadoras iniciadas. Hu Jintao, el nuevo secretario general, se ha comprometido, entre otras medidas, a permitir que los inversores extranjeros participen en las compañías estatales y a apoyar al sector privado facilitando el acceso a los créditos. De la misma manera, pretende desregular algunos sectores como el de telecomunicaciones y el aeronáutico. Todo ello en favor de aumentar la inversión directa extranjera en el país.
Los expertos que conocen bien el mercado chino saben que no todo es susceptible de inversión. A pesar de que se estima un crecimiento del producto interior bruto del 7,9% para este año (según estimaciones del propio Gobierno), no todas las compañías son iguales ni lo es su potencial. Con todo, uno de los sectores que están llamados a protagonizar un fuerte crecimiento es el constructor, a raíz precisamente de los acontecimientos internacionales que tendrán lugar en Pekín y Shanghai en los próximos años. La inversión necesaria en infraestructuras para acoger unos Juegos Olímpicos y una exposición universal es muy elevada. Algo parecido se espera que suceda con las compañías de sectores como el turismo o el transporte.
'En China existen oportunidades de inversión muy espectaculares y otras que no lo son tanto', apunta Ramón Pereira. 'Es importante buscar compañías serias que contemplen la protección a los inversores, dirigidas por gente sensata, que ofrezcan calidad de beneficios y sin prácticas especulativas'.
Hay que tener en cuenta, además, que el chino es un mercado nuevo, donde lo que puede ser normal o habitual en las Bolsas occidentales no tiene por qué funcionar allí. Por ello es importante buscar compañías sólidas y con una liquidez suficiente para poder operar con ellas. Es importante también tener en cuenta que los sistemas de liquidación y compensación pueden fallar, al ser mercados aún incipientes. De ahí que los expertos recomienden invertir en el país a través de fondos, más que de manera directa, e, incluso, diversificar a través de fondos de países emergentes asiáticos en lugar de apostarlo todo a un solo país.
Aunque desde el mes de enero las Bolsas chinas han sufrido una importante corrección, durante el año pasado se erigieron en las más rentables de todo el mundo, con revalorizaciones cercanas al 50%. Un impulso generado tanto por la buena marcha económica del país como por la entrada masiva de la población en la Bolsa hasta provocar en algún momento una suerte de burbuja. Pero son éstos hechos en buena medida puntuales, pues el potencial a medio plazo es enorme. 'Con que se acerque mínimamente el nivel de vida de los chinos al de las economías occidentales ya existe un potencial altísimo', asegura Pereira. 'Allí está todo por hacer'.