Las Bolsas cierran un periodo de ajuste similar al de otras crisis
En el mismo proceso, las empresas han mejorado la cantidad de las cifras en sus balances, pero no la calidad, porque falla, entre otras cosas, la primera premisa.
Desde el 9 de octubre hasta ahora los mercados han gastado mucha pólvora, tanto del lado de la reordenación esperada, aunque para algunos tardía, de los tipos de interés como del relativo a la desviación de flujos de fondos desde los bonos a las acciones, y al revés.
Dos meses después, las Bolsas buscan nuevos argumentos, mayores estímulos para emprender otras aventuras. Los expertos coinciden, así, en que el nuevo empuje de los mercados vendrá determinado por la coyuntura económica y por la próxima presentación de resultados de cierre de año.
Mientras se da la combinación necesaria para que mejoren los precios y los volúmenes de negocio de las acciones, los analistas destacan que las Bolsas del mundo han hecho buena, una vez más, la teoría del rebote técnico de los índices en periodos de crisis y agitación, como el actual.
En los dos últimos meses, los índices bursátiles de más peso han subido entre un 20% y un 30%. En los tres meses anteriores, los índices habían experimentado retrocesos medios del 15% que elevaban las pérdidas acumuladas hasta entonces entre el 35% y el 50%, caso este último de la Bolsa alemana. Desde la Segunda Guerra Mundial, siempre que el S&P 500, por citar el índice más importante, bajaba un 15% en un trimestre se recuperaba en los periodos siguientes de tres, seis, 12 y 24 meses.
Lo difícil ahora es adivinar el movimiento inmediato, porque en las crisis recientes a cada rebote técnico le ha seguido una caída más profunda. Es lo que algunos técnicos definen como el abrazo del oso o el salto del gato muerto.
Serán los resultados empresariales venideros los que marquen la tendencia, según los analistas. En esta proyección de futuro, la mayor parte de los inversores están convencidos de que las empresas no cumplirán con lo esperado por los expertos, entre otras cosas, porque las perspectivas del crecimiento económico no justifican los pronósticos. Los analistas tendrán que bajarlos y ello redundará en el empeoramiento de las recomendaciones y de los precios objetivo. La época de los profit warnings, es más, sólo ha hecho que comenzar.
Ruido en la trastienda inmobiliaria
El sector inmobiliario vive momentos de agitación renovada, con demasiado ruido en la trastienda. Inmobiliaria Colonial, en la que La Caixa tiene una posición dominante, quiere salir del ostracismo al que la condenó el mercado poco tiempo después de su estreno en la Bolsa española. Para ello, nada mejor que hincarle el diente, aunque sea a destiempo, a Bami, justo cuando ésta ultima los detalles para la fusión inmediata con Metrovacesa.Los analistas han mostrado su sorpresa por la irrupción de Colonial en el panorama inmobiliario, porque se produce semanas después de haberse consumado operaciones de control sobre Vallehermoso y Metrovacesa. Los expertos, no obstante, van más lejos y señalan que los movimientos de Colonial no se limitan al impacto inmediato del suceso en la Bolsa. Busca, según los analistas, ampliar su radio de acción y ganar puntos. En términos puramente bursátiles, los analistas desconfían del éxito de la fusión a tres bandas, al mismo tiempo que la consideran negativa para los accionistas de Bami.