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Unión monetaria

Una bajada de tipos al 2,75% dejaría la tasa real negativa en seis países

El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, dibujó el pasado martes en el Parlamento Europeo un escenario macroeconómico apto para bajar los tipos de interés, estabilizados en el 3,25% desde hace un año. El director de la política monetaria destacaba en su alocución parlamentaria que no había serios riesgos de inflación y que el crecimiento está muy debilitado. Tanto, que ayer la propia Comisión Europea advirtió que en el primer trimestre de 2003 el PIB podría estancarse.

Sin embargo, ya ahora, con los tipos de interés en el 3,25% y las tasas de inflación 'no preocupantes' aludidas por Duisenberg hay cinco países que tendrían tipos de interés reales negativos. Si la bajada de tipos que los mercados esperan para la sesión de hoy llegase a ser de 50 puntos básicos, hasta el 2,75%, serían seis los países con tasas reales negativas: España, Holanda, Irlanda, Grecia, Portugal e Italia, la mitad de los países de la zona euro, si bien es cierto que no los de economía más voluminosa.

Esto se produce por los diferenciales de precios entre los países. Llegan a tal punto que los tipos nominales que serían adecuados para la economía irlandesa deberían subir al 4,4%, rondar el 3% para Alemania y superar el 4% para España, según el servicio de estudios del BBVA.

No obstante, los tipos reales son únicamente teóricos, puesto que los precios del dinero para la toma de crédito están notablemente más altos para todos los países. En términos medios, el tipo de interés cobrado por la banca para créditos al consumo en la zona euro es del 9,81% mientras que para el crédito hipotecario el tipo medio de los Doce es del 5,69%. Sin embargo, la nueva referencia que supone el tipo director empujará a la baja todos los precios de los productos.

Saldrán beneficiados los agentes que tengan crédito, sean familias (mayoritariamente concentrado en hipotecario), empresas o el propio Tesoro (el español debe casi 300.000 millones de euros). Esta reducción de cargas financieras liberará recursos para otros gastos, sean de inversión o de consumo, o bien para recomponer el ahorro de familias y empresas.

Por contra, verá reducida la remuneración el ahorro tradicional (depósitos), ya ahora por debajo de la tasa de inflación. Bancos y cajas, a su vez, verán cómo se estrecha su margen de intermediación, puesto que bajarán sus tipos activos y no tienen mucho recorrido de recorte de los tipos de remuneración del pasivo.

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