El supervisor pide a la banca más control sobre el origen del dinero de los clientes
El supervisor bancario tiene en estudio una serie de medidas para reforzar su control sobre las entidades con el fin de que utilicen 'procedimientos seguros para conocer a sus clientes' y 'mantengan estándares éticos y profesionales elevados', según desveló ayer en un informe sobre La debida diligencia con la clientela bancaria. Cumpliría así con lo establecido por el comité de supervisión bancaria de Basilea del que forma parte el Banco de España.
El fin último, como explica el informe que engloba varios documentos, es que la banca detecte clientes sospechosos, y no sólo en blanqueo de capitales. El comité de Basilea apunta la necesidad de ir más allá y evitar que la banca participe, incluso de forma involuntaria, 'en actividades ilegales o poco éticas'.
La banca debería tener a los titulares de cuentas perfectamente identificados, saber quién hay detrás de los intermediarios, así como conocer el origen de los fondos y la 'finalidad y naturaleza de la relación de negocios deseada', apuntan las recomendaciones del comité de supervisión de Basilea que comparte el Banco de España. Además, debería realizar un seguimiento continuo sobre los clientes de alto riesgo.
Para ello, las entidades financieras tienen que contar con una política de aceptación de clientes, identificarlos según el riesgo y hacer un seguimiento continuo de las cuentas sospechosas, apunta el documento. De lo contrario, ciertas actuaciones pueden 'poner en peligro' la reputación del sistema financiero y llegar a dañar su estabilidad. Aunque el informe no hace mención a ellos, en el panorama bancario planean el caso Gescartera o el de las cuentas secretas del BBV como ejemplos de lo que habría que evitar.
El supervisor, en este caso el Banco de España, es responsable de que las entidades apliquen estos sistemas de detección. Entre sus funciones, según el comité de Basilea, se incluye que pueda examinar archivos de clientes y cuentas. Las medidas del Banco de España no interferirán en las de organismos como la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales.
Clientes de alto riesgo
Los bancos 'no deberían abrir jamás una cuenta ni hacer negocios con un cliente que insista en el anonimato o que dé un nombre ficticio', advierte el comité de Basilea. Y tampoco deberían funcionar las cuentas confidenciales numeradas (como las de Gescartera) como cuentas anónimas. La decisión de aceptar clientes de alto riesgo, como los del medio político, debe tomarla la alta dirección.
El negocio de banca privada requiere un control aún más riguroso. Los bancos con mayor actividad en este negocio, el denominado grupo Wolfsberg, han analizado una serie de principios contra el blanqueo de capitales. Entre ellos, figura el británico HSBC, implicado en el caso Gescartera (a través de su filial española), que al igual que el resto se comprometería a no usar cuentas con claves secretas a no ser que haya identificado perfectamente a su titular y sus beneficiarios. En este grupo bancario, que revisó estos principios en mayo pasado, figura como único miembro español el SCH.
Entre los clientes de mayor riesgo, el grupo destaca tres: los que tienen fondos originados en países sospechosos de blanqueo, personas implicadas en actividades empresariales susceptibles de ocultar lavado de dinero o ciertos miembros de la clase política.