El tópico del rally de Navidad
La cantinela de moda en los círculos bursátiles es que nadie quiere quedarse fuera del tradicional rally alcista de Navidad. Un repaso a la estadística tira por tierra esta tesis, porque es falsa, sin más. Nunca ha existido un movimiento alcista generalizado en las Bolsas del mundo por aquello de las fiestas navideñas. Es más, con frecuencia se han producido más disgustos que satisfacciones.
En los últimos días del año se produce, a lo sumo, una corriente especulativa de mayor o menor intensidad en aquellos valores susceptibles de protagonizar subidas escaparate en un último intento por cerrar el año con decoro. Maquillaje, en definitiva, que sirve para muy poco.
Un repaso más exhaustivo a lo que suele suceder en la recta final del año, en concreto en las dos últimas sesiones, apunta que desde la ampliación del horario de actividad en lo que es hoy el mercado continuo estas prácticas han decaído, porque resulta más difícil hacer movimientos orquestados con horarios amplios. Lo del rally de Navidad, por tanto, carece de contenido, aunque no se sabe muy bien por qué aparece siempre en estas fechas.
De puertas adentro del mercado hay dos asuntos que preocupan. Uno, la ausencia de dinero. Dos, la llegada de los índices a niveles de resistencias alcista de vital importancia. Es improbable que éstas se superen sin que mejoren las órdenes de compra y de venta.
La situación no es exclusiva de la Bolsa española. Los expertos miran con especial interés lo que sucede en los últimos días en Wall Street. Tanto el S&P como el Nasdaq y Dow Jones han llegado a niveles de valoración excesivos. Ni los datos fundamentales económicos ni la mejora de los resultados de las empresas son capaces de aguantar las cifras de PER que se registran en la actualidad.
La volatilidad de los índices en los dos últimos días refrendan este sentimiento, según los expertos.