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Formación

Las grandes empresas ponen en marcha sus propias universidades

Las universidades corporativas sirven para combinar la excelencia académica de las facultades de élite con la experiencia de los directivos. Según José María Vázquez-Pena, director de la Universidad Corporativa de Unión Fenosa (que estos días acoge en sus locales la reunión de la EFMD), no se trata de hacer un máster porque las empresas lo hacen siempre peor que las grandes escuelas.

Unión Fenosa tiene 3.000 empleados en España dedicados al sector eléctrico, pero emplea a 8.000 personas en su filial de consultoría. Por eso, su producto es en parte el conocimiento, a pesar de lo cual necesitan acudir a las escuelas de negocio. Pero también quieren participar directamente en la formación porque piensan que no hay nadie mejor que los propios responsables de la empresa para explicar cómo se adaptan las teorías a una cultura y una estrategia determinada.

Durante los dos últimos años la universidad de Unión Fenosa realizó acciones de formación sobre más del 70% de su personal. La sede principal está situada en el campus de Puente Nuevo, situado en Cereros (Ávila). Sus instalaciones están diseñadas para la impartición de cursos de carácter residencial. Tiene una superficie de 46.000 metros cuadrados y dispone de un auditorio con capacidad para 170 personas, dos más con capacidad para 65 personas, ocho aulas de 30 personas y 12 preparadas para acoger a seis personas.

Esta universidad corporativa se divide en siete facultades, que se ocupan del negocio de generación, del de distribución, la consultoría (Soluziona), las telecomunicaciones, los procesos corporativos, la actividad internacional y la escuela de liderazgo. En 2002, la empresa piensa invertir en esas facultades un total de 30.800 millones de euros.

Antonio Peñalver Martínez, director de formación del SCH, explica que el proyecto del banco para crear su universidad corporativa está listo y pendiente sólo de la construcción de la ciudad financiera de Boadilla del Monte, cerca de Madrid, en la que la universidad ocupará unos 5.000 metros cuadrados. Allí se diseñarán los programas que el banco aplicará después en sus filiales internacionales. El objetivo es reforzar los planes de carrera y los núcleos de competencias propias de los distintos colectivos.

Pilar Fernández Bara, del mismo banco, considera que las universidades corporativas son excelentes para reforzar los valores de la organización bajo un paraguas capaz de incorporar la diversidad de una organización internacional. Además, señala, estos centros sirven para reforzar la imagen de marca, lo cual mejora la satisfacción del empleado. Y sus productos se pueden distribuir fuera de la empresa, hacia la cadena de valor. Es razonable, por ejemplo, aprovechar para ofrecer cursos a algunos clientes o proveedores sobre productos financieros sofisticados.

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