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Retos de la gestión

El ejecutivo del futuro

Pasar de la visión atomizada a la visión integral, entender la complejidad del mundo, transitar del análisis a la síntesis son algunas claves esenciales en la formación de estos profesionales

Cinco dimensiones son básicas para la formación del directivo del futuro, aunque podríamos ampliar a muchas otras más las cuestiones esenciales que debe tener en cuenta un profesional para liderar una empresa. El conocimiento, la dimensión personal y organizativa, los aspectos éticos, sociales y medioambientales, así como los de tipo cultural, deben estar presentes en el quehacer diario de cualquier buen directivo. Hablar del futuro es, en realidad, hablar del hoy, de la labor cotidiana del profesional al frente de una organización.

En aras de sintetizar las claves de la formación del directivo del futuro, destacamos a continuación cinco dimensiones esenciales.

1. La dimensión del conocimiento (que incluye el conocimiento profesional)

H Una cuestión de cantidad: Aprender a seleccionar y priorizar (el exceso de) información.

H Una cuestión de calidad: Aprender a evaluar correctamente la información.

H Una cuestión de criterio / sentido / reflexividad: Saber qué queremos saber, cuál es su potencial y qué haremos con ese saber; saber construir nuestra opinión, argumentar nuestra decisión, desarrollar un espíritu crítico; dar orientación, desarrollar el sentido del discernimiento y la capacidad de diagnóstico.

H Una cuestión de globalidad: pasar de la visión atomizada a la visión integral, entender la complejidad del mundo, transitar del análisis a la síntesis, disponer de mecanismos de conmensurabilidad entre diversos lenguajes de especialistas, desarrollar un espíritu generalista.

H Una cuestión de especialidad: disponer de un buen conocimiento teórico-práctico en un campo profesional concreto.

2. La dimensión personal, interpersonal y organizativa

H Saber trabajar consigo mismo: Disposición al autoconocimiento, a la introspección, el equilibrio, el reconocimiento de los propios límites, el aprendizaje de los errores.

H Una cuestión relacional: Dominar el tránsito del yo al nosotros y con los otros, lo cual requiere capacidad de conectividad, de sinergia, de creación de redes, de comunicación y diálogo, de trabajo en equipo, de mediación en conflictos, de gestión de los diversos capitales de la organización (económico-financiero, humano, social, intelectual, ético), y de saber motivar a los demás.

H Liderazgo, capacidad de generar sentido e identidad en la organización y de verbalizar los valores de dicha identidad.

H Capacidad ejecutiva y operativa: Para tomar decisiones en situaciones complejas, para saber gestionar la incertidumbre, para controlar la agenda y el propio tiempo, para la obtención de resultados.

H Flexibilidad para adaptarse a entornos complejos, para modificar la estrategia.

H Polivalencia para desarrollar competencias distintas en situaciones distintas.

3. La dimensión ética

H Una cuestión de sensibilidad personal: de actitud vital, de estilo de vida para saber vibrar con los problemas del mundo y de las personas, para comprometernos con él, de saber valorar la realidad, de educar la mirada, de apertura y admiración, de distanciamiento.

H Una cuestión de integridad: de calidad humana, de respeto de los derechos humanos, de honestidad.

4. La dimensión social y medioambiental

H Una cuestión de temporalidad: De sabernos situar en nuestro tiempo (marco histórico cultural) en relación tanto a la tradición (de dónde venimos) como a la anticipación y proyección (hacia dónde vamos: en qué momento político y económico nos encontramos, qué tendencias van a predominar).

H Una cuestión espacial: De conocimiento del entorno, de vocación inter o transnacional, que nos permita saber transitar de lo local a lo global y ser capaces de navegar en la complejidad.

H Sentido de pertenencia: Capacidad de compromiso e implicación con la comunidad.

H Solidaridad con el conjunto de la humanidad.

H Una acusada sensibilidad medioambiental y una apuesta por la sostenibilidad.

H Un interés por el legado o herencia que podemos dejar.

5. La dimensión cultural

H El cultivo de la creatividad estética y científica: innovación, imaginación, visión, audacia, investigación.

H La apertura a nuevas disciplinas.

H El aprecio de la diversidad en todas sus manifestaciones.

H Una vocación intercultural, de diálogo y mediación con otras culturas.

H El cultivo del humanismo.

H El conocimiento de las grandes tradiciones espirituales.

H La capacidad de admiración ante las cosas.

www.esade.edu

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