Una apuesta de crecimiento en plena crisis
Un oasis en un páramo de pérdidas y deuda. Así definía ayer un analista del sector el acuerdo de compraventa por el que Vodafone adquirirá las participaciones de BT y SBC en la compañía de telecomunicaciones francesa Cegetel.
En un momento en el que el negocio de las telecomunicaciones en Europa se ve obligado a replegarse a posiciones ni siquiera tímidamente sospechadas hace un par de años -dejando en su retirada un auténtico océano de pérdidas, deuda, reducciones de empleo y caída de cotizaciones-, la operación de Vodafone anunciada ayer supone una tímida reedición de los momentos de gloria vividos en este sector a finales de la década de los noventa.
La novedad respecto a aquellos años es que la operación se hace en dinero contante y sonante. No se paga en acciones, y quizá no pueda ser de otra forma. Los mercados no están para permitirse el lujo de cerrar operaciones con títulos por la enorme volatilidad.
Nuevo mercado
La operación permite a Vodafone entrar en Francia, un mercado que hasta el momento se le había resistido y viene a llenar un enorme vacío que tenía en el mapa de su expansión en Europa, en donde disfruta de una posición sobradamente consolidada en Reino Unido, España y Alemania.
Pero a pesar de la espectacularidad de la operación, Chris Gent, presidente de Vodafone, quiso dar ayer un mensaje de calma a los mercados. Definió la adquisición de Cegetel como la oportunidad de 'comprar un buen activo a un precio ajustado', pero de inmediato aseguró que Vodafone se tomará un tiempo prudencial, que cifró en 'dos o tres años', antes de llevar a cabo cualquier operación de adquisición significativa. La compañía utilizará sus disponibilidades de caja para invertir en los mercados en los que ya está presente.
Red mundial
No en vano con la operación de compra de Cegetel Vodafone ha invertido ya 200.000 millones de euros desde que fue fundada en 1982 en construir una red de empresas a nivel mundial.
Y en buena medida el hundimiento generalizado de las cotizaciones de las compañías de telecomunicaciones en todo el mundo, tras el pinchazo de la llamada burbuja tecnológica, obligó al gigante europeo de la telefonía móvil a ajustar el valor de algunas de sus participaciones contra las cuentas de su pasado ejercicio. La crisis también le afectó.
Como resultado de este ajuste contable, cifrado en 9.451 millones de euros, Vodafone arrojó las mayores pérdidas de la historia en el Reino Unido. Sus números rojos en el ejercicio que cerró en marzo de 2002 alcanzaron la cifra de 21.260 millones de euros.
Paradójicamente, a pesar de lo abultado de la cifra, los inversores y analistas no le han retirado la confianza. La empresa ha dado muestras claras de que a pesar del entorno, mantiene la confianza en salir antes que las demás operadoras europeas del agujero. De hecho, los analistas esperaban en mayo del año pasado que las provisiones por depreciación de activos fueran el doble de lo que finalmente fueron e interpretaron la decisión de la compañía como una apuesta decidida por el futuro.
Lo cierto es que el panorama en que Vodafone se mueve en Europa no lleva precisamente al optimismo. Su ahora primer competidor en Francia, France Télécom, diseña un plan de refinanciación de urgencia que le permita salir de su situación de práctica quiebra en la que esta inmersa y que ya le ha costado el puesto al presidente que la condujo a su actual situación, Michel Bonn, Igual le sucede al ex monopolio alemán Deutsche Telekom, que también ha prescindido del que fuera su presidente en la época de las vacas gordas, Ron Sommer.
Y todos aplican la misma medicina; refinanciación y venta de activos que les permita aliviar su deuda y evitar la amenaza de la suspensión de pagos. El problema, tal y como ayer señalaba un analista, es que ahora mismo es muy difícil encontrar compradores para tanta empresa en venta. Y si los hay, esperan a que la situación se deteriore todavía más para comprar más barato.
Al cierre del primer semestre del ejercicio el panorama era desolador. Las grandes operadoras del sector, todas ex monopolios estatales, concluyeron la primera mitad del ejercicio con unas pérdidas globales de 32.956 millones de euros.
Además del claro reforzamiento que logra Vodafone con su apuesta de ayer, el gran beneficiado de la operación de compra de Cegetel es la británica British Telecom (BT).
Alivio
Ayer los analistas advertían que la operación supondrá para BT un enorme alivio para su elevado endeudamiento. De hecho aseguraban que las agencias de calificación deberán ahora elevar el rating de la deuda de la operadora británica.
El ex monopolio británico, que mantiene una deuda global de 11.000 millones de libras, obtendrá unas plusvalías por su participación del entorno de los 2.200 millones de euros, 'lo que debería permitir que Moody's eleve su rating'.
De ser así, sería la primera vez en tres años que una compañía telefónica de las 15 líderes europeas ve cómo se incrementa la calificación de su deuda.
El 34% del mercado de móviles francés cambia de manos
Cegetel fue fundada en 1996 por el grupo Vivendi. Desde entonces se ha convertido en el segundo operador de telecomunicaciones francés, por detrás de France Télécom.Opera en tres mercados: telefonía móvil a través de SFR, telefonía fija con la enseña Cegetel y posee una aseguradora médica denominada Le Réseau, con un total de 46.500 clientes Su primer activo y la principal razón por la que Vodafone lanza su oferta es la potente división de telefonía móvil. SFR posee, según datos facilitados por la propia compañía, 13 millones de clientes, de los que 2 millones son profesionales. Estas cifras le permiten controlar un 34,3% del mercado francés de móviles. Además gestiona una red de 600 tiendas de venta de teléfonos y productos relacionados con la telefonía móvil bajo la enseña SFR. Asimismo, en su negocio de telefonía fija reúne 3 millones de clientes. La empresa asegura que el 60% de las compañías francesas del índice bursátil galo Cac 40 son clientas suyas. La sociedad generó el año pasado un total de 64.00 millones de euros de ingresos, en comparación con una facturación de 5.100 millones de euros en el año 2000. Su estrategia se centra únicamente en la inversión en las redes de telecomunicaciones propias al objeto de dar a sus clientes una amplia gama de servicios globales. La compañía asegura que desde su contitución ha invertido más de 6.000 millones de euros en la instalación y desarrollo de su red en Francia. Además, el grupo Cegetel figura como una de las empresas francesas con mayor crecimiento de plantilla en los últimos años. La página web de Cegetel asegura que en la actualidad cuenta con un total de 8.400 trabajadores en todo el grupo. En 1996 contaba únicamente con 2.000 empleos.